REFRANERO DEL QUIJOTE
EL QUIJOTE I, 19
En una noche muy oscura conversan por el camino don Quijote y Sancho Panza, quienes avanzan en busca de una venta (hospedería) donde pernoctar. En eso observan a lo lejos, escribe Cervantes, una "gran multitud de lumbres, que no parecían sino estrellas que se movían". Quedan suspensos y atónitos. El escudero, de natural medroso, empieza a sentir miedo.
Lo que observaron se acerca a donde ellos venían y "tornaron a mirar atentamente lo que aquello de aquellas lumbres que caminaban podía ser; y de allí a muy poco descubrieron muchos encamisados, cuya temerosa visión de todo punto remató el ánimo de Sancho Panza, el cual comenzó a 'dar diente con diente', como quien tiene frío de cuartana, y creció más el batir y dentellear cuando distintamente vieron lo que era.
Porque descubrieron hasta veinte encamisados, todos a caballo, con sus hachas encendidas en las manos, detrás de los cuales venía una litera cubierta de luto…vieron que…iban los encamisados, todos a caballo, con sus hachas encendidas en las manos, detrás de los cueles venía una litera cubierta de luto… vieron que… iban los encamisados murmurando con voz baja y compasiva".
En la litera iba el cuerpo de un caballero muerto en Baeza, que llevaban a sepultar a Segovia, la ciudad de su nacimiento.
Decir de una persona que "da diente con diente" significa que está presa de gran miedo y no necesariamente de frío intenso, como a veces se supone.
J.A García Villa
@jagarciavilla