REFRANERO DEL QUIJOTE

El Quijote II, 43

Antes de ir a gobernar la Ínsula Barataria, don Quijote da a Sancho Panza una serie de consejos prácticos que le serán de utilidad. Entre otros, le dice: "no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que …muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias".

Le da también el siguiente regaño al pobre escudero por tantos refranes que suelta: "Dime: ¿dónde los hallas, ignorante, o cómo los aplicas, mentecato, que para decir yo uno y aplicarlo bien, sudo y trabajo como si cavase?"

En su defensa, Sancho replica que si sus súbditos lo van a censurar por sus refranes será con causa suficiente, no nada más así por criticarlo. Comenta así el escudero:

"Que nadie se tome [se meta, sin tener razón] con su gobernador ni con el que manda, porque saldrá lastimado …(pues) a lo que dijese el gobernador, no hay que replicar… Así que es menester que el que ve la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo, porque no se diga de él 'ESPANTÓSE LA MUERTE DE LA DEGOLLADA'".

Este refrán alude a los que se escandalizan de los errores y vicios ajenos sin reparar en los propios. En el caso, los súbditos de Sancho Panza, igual o quizá más ignorantes que él, carecen de autoridad para criticar sus errores en materia de refranes. En México el dicho equivalente es: "El comal le dijo a la olla".

Todo parece indicar que Cervantes reformuló este refrán o paremia, que en su tiempo decía: "Maravillose la muerta de la degollada". Es decir, maravillose en lugar de espantóse.

J.A García Villa

@jagarciavilla