Allá por el año de 1960, apareció un libro que todo mexicano quería tener, pero pocos se atrevían a ir a pedirlo a una librería. Incluso el autor, que en realidad fue principalmente un recopilador, no se atrevía a poner su nombre completo. Sólo se presentaba como A. Jiménez.
El libro se llama "Picardía Mexicana", y creo que actualmente hay pocos compatriotas que no lo conozcan. ¿Por qué? Pues porque es el primer libro que se atrevió a recopilar las palabras, dichos, albures, letreros y otras formas en la que se expresa el ingenio picaresco del mexicano en todo su esplendor.
Lo curioso es que el contenido es algo que casi todos conocemos bien y que nos da mucho gusto y sobre todo mucha risa verlo impreso en un libro. A la fecha, lleva ya no sé cuantos cientos de ediciones y ha proporcionado un buen modus vivendi al autor que es un arquitecto llamado Armando.
"Picardía Mexicana" se puede leer cientos de veces y siempre te hace reír con cosas como los letreros que solían poner los camioneros en la defensa de su enorme vehículo, algunos inocentes como "Acércate más y en la "tronpa" te darás" y otros no tanto (no tan inocentes) como el que dice "Pásame por la izquierda nomás tócame el pito".
También, hay frases que canta el "gritón" de la lotería, algunos con mucho "doble sentido", como el que dice: "Déjenme un rato solito porque voy a miar-bolito". Cuando usted está jugando a la lotería de cartones y oye eso, le debe poner un frijol a la figura del árbol, y si oye "Eso y que ya te has lavado todavía huele a pescado", usted deberá señalar por supuesto la figura del pescado.
Hay una lista de generales que comandaban las fuerzas japonesas y cuyos nombres suenan mucho a nombres japoneses pero son sólo albures, como es el caso de Tunaga Tesuda y de Tuchichi Takaida.
Desde las primeras ediciones de "Picardía Mexicana", se empezaron a incluir opiniones y consideraciones de escritores, poetas y académicos de gran celebridad que aprueban y elogian la labor de Jiménez.
Emmanuel Carballo, crítico literario anotó: Al mexicano, hombre de 360 grados, se le analiza frecuentemente a través de las manifestaciones serias y productivas de su comportamiento social. Se había olvidado en cambio describir los actos por los cuales expresa su humor o su malhumor, su ruptura con las normas de conducta establecidas.
Si usted no ha tenido en sus manos esta magistral obra, trate de conseguirla porque se va a divertir en grande con cosas como los letreros que se pintan en los baños, como es el caso del que alude al "gallito inglés", que no puedo trascribir aquí porque me cancelan el contrato.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Leonel Flores. ¿Cómo es correcto, el radio o la radio?
RESPUESTA:
Los dos. El radio se refiere al aparato receptor y también a la línea que va del centro a un punto de la circunferencia. La radio se refiere a la radiodifusión, el sistema que difunde las ondas hertzianas a través del aire.
Me retiro con este pensamiento: Por la calle de "después" se llega a la plaza de "nunca". ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
