Desde aquellos días la fiesta tenía un hondo matiz cristiano, con el objetivo de que los viñedos contarán con protección divina. Hoy en plena era de la Internet aún se elevan Padres Nuestros y se pide con fervor a Dios para que conceda una buena cosecha Jóvenes con el torso desnudo cargan una enorme barrica, mientras las mujeres llevan los canastos llenos de uvas. Tras un colectivo Padre Nuestro que marca el fin del rito cristiano, las mujeres una a una van depositando el producto de los campos de cultivo en la barrica. Primero los hombres de torso desnudo al ritmo de una música étnica bailan descalzos dentro de la barrica, pisando así las uvas
Desde aquellos días la fiesta tenía un hondo matiz cristiano, con el objetivo de que los viñedos contarán con protección divina. Hoy en plena era de la Internet aún se elevan Padres Nuestros y se pide con fervor a Dios para que conceda una buena cosecha
Jóvenes con el torso desnudo cargan una enorme barrica, mientras las mujeres llevan los canastos llenos de uvas.
Tras un colectivo Padre Nuestro que marca el fin del rito cristiano, las mujeres una a una van depositando el producto de los campos de cultivo en la barrica.
Primero los hombres de torso desnudo al ritmo de una música étnica bailan descalzos dentro de la barrica, pisando así las uvasFoto: El Siglo de Torreón
11 de agosto de 2004
publicada el 11 de agosto de 2004