Era el penúltimo día de la Feria Nacional Durango. La Velaria lucía diferente, decenas de sillas y atriles esperaban a ser ocupados por los niños y jóvenes que integran la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca (OSEA).







ESPECTACULOS
Era el penúltimo día de la Feria Nacional Durango. La Velaria lucía diferente, decenas de sillas y atriles esperaban a ser ocupados por los niños y jóvenes que integran la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca (OSEA).