El reconocido pianista argentino rechazó la ovación del público no una sino cinco veces. No la quería para él, quería que fuera para los niños y jóvenes que integran la orquesta.
El reconocido pianista argentino rechazó la ovación del público no una sino cinco veces. No la quería para él, quería que fuera para los niños y jóvenes que integran la orquesta.Era el penúltimo día de la Feria Nacional Durango. La Velaria lucía diferente, decenas de sillas y atriles esperaban a ser ocupados por los niños y jóvenes que integran la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca (OSEA).
Autor: JORGE CANDELAS, publicada el 04 de agosto de 2019