Nueve años después de su partida, Carlos regresó a Puebla, llevado por su padre, que feliz retorna a su tierra con el hijo perdido. (EL SIGLO COAHUILA)
Después de nueve años de desaparecido, su familia lo encontró: el joven abandonó a sus padres en su natal Puebla, para sumarse a las filas del crimen organizado; apareció casi una década después, viviendo en la indigencia en Monclova y con problemas mentales, causados tal vez por traumas de lo que vivió, o como consecuencia de la droga que pudo haber consumido.
Carlitos trabajó para una banda de narcotraficantes, de algún modo logró salir de ésta, pero ya sufría daño cerebral y no sabía ni dónde vivía ni cómo regresar a su casa.