Este año se dedicó la última estación de la pasión de Cristo a los derechos humanos, ahí se oró por quienes viven en desigualdad.
Este año se dedicó la última estación de la pasión de Cristo a los derechos humanos. Al llegar al último punto, se proclamaron y oraron por las personas que viven en extrema desigualdad, como las víctimas de trata de blancas, "niños y mujeres que son vendidos como mercancía sin valor".
La escenificación se realizó en la Iglesia del Ojo de Agua. Inició en las escalinatas de la iglesia a las 13 horas con la participación de más de 200 actores.