Refranero del Quijote
El Quijote II, 12
Expresión parecida se lee en los evangelios de San Mateo y San Lucas, capítulos XII y VI, respectivamente, sólo que en lugar de lengua escribieron boca: "De la abundancia del corazón habla la boca". Cervantes utilizó la palabra lengua.
En la novela el refrán viene a propósito cuando don Quijote pide a Sancho que escuche a un caballero enamorado, ya que "no hay ninguno de los andantes que no lo sea", y que resultó ser el Caballero del Bosque, quien templa un laúd o vihuela para ponerse a cantar, porque, dice don Quijote, "De la abundancia del corazón habla la lengua".
El refrán enseña que por las palabras se conocen los sentimientos; de las palabras interesa no el sonido, sino el sentido.
Un contemporáneo de Cervantes, Sebastián de Horozco, enunció así el refrán: "Lo que está en el corazón, dice la boca", que glosó de la siguiente manera:
Aunque no se pueden ver / los secretos interiores / alcánzanse a conocer / y dánoslos a entender / las palabras exteriores.
Un mensaje sabio de El quijote:
⇒ "De la abundancia del corazón habla la lengua".