Con la docencia en las venas

José Luis Alonso de la Rosa (qepd) y Antonia Salas Espino (qepd) tomaron la decisión de formar una familia, y previo al Reparto Agrario, llegaron a la Comarca Lagunera. José Luis Alonso había sido convocado para ayudar en las tareas docentes en las comunidades de esta región. Aquí, en estas tierras polvorientas, fue donde comenzó su labor, formó su familia y esa carrera docente sería el camino que tomarían tres de sus ocho hijos.

Elegir una profesión no es tarea fácil. Después de años, cuando el juego se convierte en realidad, se cumple un sueño, pero cuando se trabaja con entrega, pasión y mucha dedicación por más de 35 años, las satisfacciones, las experiencias y la historia es otra y puede decirse que la docencia se lleva en las venas.

María Concepción, Miguel Ángel e Irma Alonso Salas, son tres hermanos que comparten su pasión por la docencia, que están comprometidos con su trabajo y su labor clave en la educación de los ciudadanos de este país y aún, entrevistados por separado, coinciden en sus logros profesionales: "formar a niños y adolescentes que sean útiles para la sociedad".

María Concepción se jubiló hace un par de años, mientras que Miguel Ángel e Irma continúan con sus labores. Los tres superaron el promedio mínimo de años para retirarse y su motor sigue siendo su gusto y amor por el trabajo.

Compromiso con su trabajo

María Concepción Alonso asegura que "desde niña jugaba a la escuelita, a ser la maestra", y así, un par de años después, comenzó a cristalizar su juego al cambiar su lugar de residencia para estudiar en la Normal Rural de Flores Magón de Saucillo, Chihuahua. Conchita, como le llaman cariñosamente, dedicó 37 años al servicio docente, en donde impartió clases a nivel primaria, entre ellas, en la Escuela Año de Juárez, Sertoma 1966 y Rubén Moreira Cobos, y preparatoria en el Centro de Bachillerato Tecnológico y Agropecuario #1 (CBTA), en donde se desempeñó como maestra de Biología, Laboratorista y Jefa de Departamento de Servicios Escolares.

La profesora María Concepción extendió su trabajo requerido para jubilarse por 11 años. La razón: "Me gustaba mucho mi carrera, mi trabajo. Me gustaba formar alumnos que sean útiles para sí mismos y para la sociedad".

Conchita fue maestra de miles de niños y adolescentes durante su ardua labor de 37 años, y aún se sorprende cuando muchos de ellos la reconocen y saludan. Anteriormente, recuerda, "los salones de primaria eran de 60 alumnos, así que tuve muchos alumnos". Durante 25 años, trabajó impartiendo clases en primaria, y unos años después, solamente a nivel bachillerato.

Su primer día de trabajo lo recuerda muy bien, el primero de septiembre de 1964, cuando ingresó a la Escuela Primaria Rural 13 de Marzo, de la colonia Agrícola Popular, de Gómez Palacio. A lo largo de los 37 años, impartió clases en cinco institutos educativos. "Es una satisfacción muy grande encontrarte a alumnos que la mayoría de las ocasiones no reconoces, pero que te dicen que fuiste su maestra y que ahora son profesionistas".

Ahora ya jubilada, recuerda las satisfacciones de haber dedicado su trabajo a la docencia.

Gran vocación por la docencia

Miguel Ángel Alonso Salas comenta que "siempre me ha gustado la docencia", es por eso que decidió arrancar en el camino de la enseñanza.

Miguel Ángel estudió en la Normal Básica de Gómez Palacio, y al concluir, acudió a la Normal Superior de Monterrey, Nuevo León, para hacer la especialidad en Ciencias Sociales.

El profesor Miguel Ángel recientemente cumplió 43 años de servicio docente, en donde ha colaborado en 16 escuelas y colegios de Michoacán, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, entre ellos, la Escuela Secundaria Héroes Anónimos, Instituto Mexicano de Estudios Superiores, Escuela Primaria Sertoma 1966, Colegio Americano de Torreón, Instituto Cumbres y Alpes, y actualmente, en la Escuela Secundaria General Rafael Ramírez Castañeda de Lerdo, Durango.

A lo largo de estos 43 años de entrega a la docencia, ha impartido clases en todos los niveles: primaria, secundaria, preparatoria y normal básica. Y desde hace 11 años, su trabajo en secundarias de Gómez Palacio y Lerdo ha sido desde la subdirección. Para el profesor Alonso, su mayor satisfacción a lo largo de su carrera es "ver que muchos de mis alumnos hoy ocupan cargos dentro de la industria, que han continuado sus estudios hasta el nivel profesional".

Trabajar por tantos años con el mismo ahínco no es fácil, es por ello que él recomienda a los nuevos docentes: "hay que tener una gran vocación para ejercer la docencia y asumir con responsabilidad todos los retos que puedan presentarse en esta noble labor". Sobre los obstáculos y los retos actuales añade: "un obstáculo es la falta de recursos en las escuelas, el alto grado de marginación al que nos enfrentamos. Los retos, falta mucho por hacer en el trabajo educativo, por las desigualdades económicas que viven muchos niños en diferentes zonas del territorio mexicano".

Sigue el ejemplo de su padre

Irma Alonso Salas, la menor de la familia, ingresó a esta carrera de servicio "porque me gustaba mucho jugar a ser maestra y por el ejemplo que tenía de mi padre". Irma también estudió en la Normal, a donde acudió su hermano, la Escuela Normal de Gómez Palacio, y en septiembre de 1974, arrancó su carrera laboral.

La maestra Irma cumplió 32 años de trabajo en el Sistema Estatal y se jubiló, y por ahora permanece en activo en el Sistema Federal con "39 años con seis meses en el servicio docente. Me propuse como reto personal y profesional llegar a los 40 años de servicio", comenta. Y haciendo recuento de sus satisfacciones enumera: "estar en el nivel de carrera magisterial, cumplir con mi labor docente, ser directora de una escuela de prestigio durante nueve años". Durante estos casi 40 años de trabajo, Irma ha colaborado en la formación de estudiantes de primaria, ha impartido clases de primero a sexto grado y desde hace nueve años, sus funciones se concentran en la dirección.

En la Primaria Año de Juárez, de donde es actualmente directora, algunos de sus alumnos sobresalientes han acudido a concursar a la Olimpiada del Conocimiento, para que esto se logre asegura "es clave el equipo docente que conforma la escuela. Los maestros están comprometidos con su labor, los padres apoyan a sus hijos con sus hábitos de estudio en la casa y escuela y eso ayuda a los alumnos destacados".

Por ahora, los profesores Irma y Miguel Ángel continúan actualizÁndose, acudiendo a cursos y compartiendo técnicas y nuevas herramientas para llevarlas al salón de clase. La maestra Conchita ya está alejada de las aulas, pero la docencia y su gusto por el servicio educativo es un lazo que ha unido a estos hermanos que decidieron forjar su trabajo en la región y compartir la pasión por la enseñanza que inició con su padre.