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Un año de Moreleando

Periférico

LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ ARANDA

El concepto "Moreleando" no es nuevo, yo lo escuché por primera vez de mis padres que recordaban sus años de juventud, donde en esta vía daban la vuelta para convivir con el otro, esa actividad que mi generación conoció como dar el rol en la Central de Torreón Jardín o La Madrid en San Isidro.

Incluso mi madre nació en la Morelos, ahí vivió su infancia y juventud en la casa de mis abuelos. Se puede decir que siento afinidad familiar por esta calle, pero en realidad me identifico con todas las calles de mi ciudad o región, porque en ellas hay partes de mi historia, de mi Yo.

Hace un año tomó forma la idea de rescatar esta vía. El génesis fue una clase de la Ibero Torreón, después se creó un colectivo donde las cabezas más visibles son Elías Agüero y el arquitecto Jorge Ruvalcaba.

Rock, performances, pintura, grabado, literatura, bicicletas, exposición de autos clásicos, DJ, danza contemporánea, circo urbano, todo entra en el concepto Moreleando.

Sin el gran derroche de recursos, sin el apoyo de las autoridades municipales, tampoco empresas patrocinan, este colectivo para poner espectaculares en todos lados, simplemente con trabajo y ganas de transformar la ciudad el colectivo Moreleando ha logrado que al menos un sábado de cada mes, decenas de familias tomen esta avenida.

Incluso los jóvenes han ido más allá y lograron reunir 4 mil 400 pesos entre donaciones y colectas con comerciantes y paseantes, para la compra de cinco lámparas y cinco balastros. El colectivo está iluminando la avenida ante el desinterés de las autoridades municipales por reactivar el alumbrado público de la Morelos.

En un año el Municipio se ha limitado a apoyar el proyecto de Moreleando con asistencia vial. Esta falta de compromiso de las autoridades ha llegado a niveles kafkianos debido a que por la falta de alumbrado público los agentes de tránsito pidieron chalecos reflejantes bajo el argumento de que los automovilistas no los ven, dichos chalecos serán comprados por el colectivo gracias a la donación de un comerciante de la Morelos.

La avenida como el resto del Centro, por desgracia, representa una escenografía que remite al abandono. En los últimos dos años más de 80 negocios han cerrado sus puertas en el Centro Histórico. De ahí que la plusvalía de los edificios vaya a la baja. Recientemente alguien me contaba que una comerciante lograba sacar en un día apenas 30 pesos de venta diaria cuando su punto de equilibrio son mil 500 pesos diarios. La decadencia del sector es evidente.

La primera ocasión que los dirigentes de la Canaco hablaron de una rehabilitación del Centro fue con Carlos Román Cepeda, alcalde de 1991 al 93, donde se puso énfasis en la Alianza y se remodeló este mercado. Sin embargo, una década después el Centro está en el abandono.

En el contexto de violencia que vive Torreón los gobernantes no han comprendido que una ciudad en mal estado es más proclive a sufrir la inseguridad, debido a que se manda un mensaje de ausencia de autoridad.

A nivel internacional se ha llegado a afirmar que el rescate de los espacios públicos es fundamental en el combate a la delincuencia. El que la gente salga a la calle y conviva es una forma de inhibir al crimen además que fomenta la participación ciudadana. La estrategia ha sido utilizada en países como Italia y Colombia.

Son muchos los textos de políticas públicas que afirman que una sociedad necesita símbolos y espacios comunes de los cuales sentirse orgullosa para que la motiven a mantener su cohesión. Toda ciudad debe satisfacer no sólo los menesteres primarios e individuales de sus habitantes, sino también las necesidades morales y colectivas. Sin duda la Morelos es un símbolo de cohesión y es alentador ver, aunque sea un sábado de cada mes, a la gente caminando, familias enteras empujando carreolas mientras los más grandes pasean en bicicleta.

No debemos perder de vista que una sociedad que se acostumbra a vivir en medio de la violencia enfrenta crisis del orden político, el sentimiento de comunidad desaparece, de esta forma el individuo se siente desplazado de su entorno. De ahí la justificación de rescatar los valores sociales, los cuales jugarán un papel preponderante en la integridad del grupo social.

Desgraciadamente el grueso de la sociedad no ha caído en la cuenta que el entorno de lo público afecta el ámbito de lo privado, de ahí la importancia de participar activamente. El sociólogo estadounidense Wright Mill comentaba:

"Los problemas ocurren dentro del carácter del individuo y dentro del rango de sus relaciones inmediatas con los otros: tienen que ver con su propio ser y con aquellas áreas específicas de la vida social de las que está directa y personalmente consciente".

Por fortuna Moreleando ya cumplió un año venciendo apatías y como lo dice Jorge Ruvalcaba, "gracias a lo que no hicieron (las autoridades), nosotros los ciudadanos despertamos".

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