Actitudes psicológicas en el consultorio dental.
Algunos pacientes entran al operatorio dental, como si entraran al ruedo, ¡ole toro! ven el equipo, sobre todo el sillón y se estremecen y cuando ven al dentista entrar parece que entró el brujo....
Hace unos días, iniciábamos un tratamiento y la Madre Dolores hizo un movimientos de manos que franco decían, en el Nombre de Dios, en ese momento exclamé verbalmente lo que había intuido y la Madre se soltó riendo ya que exactamente eso había pensado; el dentista vamos desarrollando un alto sentido psicológico, reconocemos mucho las actitudes de los pacientes, aún sin esbozar ninguna palabra, sobre todo con los movimientos corporales nos lo dicen todo.
Sacerdotes, monjas, empresarios, industriales, banqueros, familiares, médicos, hijos, etc., todos nos tienen temor, a todos se les nota, aunque no lo confiesen, unos suspiran, otras se persignan, exclaman alguna frase, o francamente nos dicen, qué horror venir con ustedes.
No crean que es muy agradable de nuestra parte escuchar lo anterior.
Aparte de estar atendiendo, estamos considerando durante el tratamiento todos los movimientos del paciente, en muchas ocasiones llegan a transmitir sus sensaciones, yo les comento a mis pacientes que parecemos cable de alta tensión que estamos conectados.
Algunas ocasiones que estuvieron en la sala de espera, o que el trabajo nos llevó mucho tiempo, aumenta la angustia.... y esto causa conflictos en el tratamiento o en la relación del paciente con el dentista.
La verdad esta sensibilidad que desarrollamos es de mucha ayuda, recuerdo a mi compañero de secundaria Ing. Francisco Valdés, llegó con sus hermanas platicando, que yo sentía su dolor.
Cuando el paciente se sabe entendido, existe una empatía entre los dos, hay identificación, inicia la entrega y la confianza y esto nos permite tener un buen seguimiento dentro de nuestro tratamiento.
No todo es susto, otra gran mayoría de pacientes, nos piden el sillón dental para dormir, el Sr. Bello quiere comprarlo porque descansa magníficamente, otro paciente jura que algo le pongo porque nada más se sienta y cae profundamente dormido. Tratamos de darle a nuestra consulta que sea agradable en todos los sentidos, música que los relaje y buen trato, nos importa su salud en general.
Pero en realidad, la odontología es una profesión preciosa, que nos da muchas satisfacciones, amistades, la entrega y confianza de parte de nuestros pacientes es de los estímulos más gratificantes. Nos entregan su salud bucal, pasan cantidad de citas, molestias al masticar, durante y entre las sesiones, malos sabores, tratamientos molestos en ocasiones y al final ven los resultados satisfactorios.
Otras ocasiones el sillón dental se convierte en el sillón del psicólogo, no tienen idea la cantidad de veces que el paciente se siente apoyado y platican sus sentimientos con nosotros.
No siempre es muy agradable tenemos pacientes que jamás se van a sentir bien con nosotros, es muy estresante la consulta, el tratamiento y tantas citas, así mismo los aparatos ruidosos o el manejo propio para la atención por supuesto que no es agradable.
Pero para un beneficio es necesario pasar por algunos sacrificios.
Les reitero lo importante que son ustedes en general, no sólo su boca.
