El debate de la reforma ya no seguirá enganchado al jaloneo de poderes, en la medida en que la aprehensión de Elba Esther Gordillo no permite mantener una expectativa de sobrevivencia del poder fáctico del aparato sindical sobre el sistema educativo. Es el fin de los juegos de poder y de las estrategias de descalificación del cambio constitucional y de su deriva en la legislación secundaria.
Y para los verdaderamente interesados en el campo sustantivo de la educación, es la hora de entrar al debate de un nuevo modelo, un nuevo paradigma educativo como el que plantea un libro que apenas llega o llegará en los siguientes días a las librería: Una nueva visión educativa para la era digital: Tu hijo en el centro, de Moisés y Jaime Salinas Fleitman. Con el sello de Debate y prologado por Ricardo Raphael, este libro propone un modelo de educación que trascienda el modelo de escuela-fábrica y el modelo pedagógico centrado en el maestro para construir otro, que coloque en el centro al estudiante.
Es justo lo que hacen los libros de apoyo a la educación en los países donde estos procesos ya aparecen a salvo del botín político, como este título francés, Ayudar a los alumnos a aprender, de Hachete, que en su capítulo 7 va al grano: "Cómo arrancar realmente desde los alumnos".
ELBA ESTHER EN LOS LIBROS
Ya decidirán los jueces sobre las responsabilidades penales de Elba Esther. Pero la academia ya había determinado su responsabilidad en el desastre educativo. Hay una buena cosecha bibliográfica sobre el tema. La escuela rota: sistema y política en contra del aprendizaje en México, de Eduardo Andere, apareció la semana pasada, precedido por Educación, colonización y rebeldía: la herencia del pacto Calderón-Gordillo, de Carlos Ornelas, ambos con el sello de Siglo XXI.
Este libro de Ornelas, reconocido investigador en la materia, ofrece una muy documentada secuela al que hace cinco años levantó el debate actual: Los socios de Elba Esther, de Ricardo Raphael, publicado por Planeta en 2008. Como minucioso registro del poder acumulado de la líder sindical sobre el sistema educativo, no extraña que este volumen haya sido repuesto en circulación en el marco de las discusiones de estas semanas.
El acto en que el presidente Peña Nieto promulgó esta reforma constitucional reunió en Palacio al entramado de los poderes y de la pluralidad política del país, con el mensaje presidencial clave de que el Estado asume la rectoría de la educación, frente a un aparato sindical que se resistía al rescate de la función educativa por el Estado. Con la caída de Elba Esther por uso de recursos de origen ilícito, ayer llegó a su fin esa resistencia y su fuente de financiamiento.
REFORMA POLÍTICA: DEBATE POLÍTICO
En realidad, esta primera reforma constitucional trascendente que concreta el nuevo gobierno ha sido vista como una reforma política al sistema de educación básica, una reforma del modelo político a partir de la cual se han formulado las políticas de educación pública para la primaria, la secundaria y la educación media superior, hasta ayer con una pesada injerencia de los intereses de la cúpula sindical del magisterio. Así lo sugiere el mismo Raphael en un texto reciente, en el que afirma que con la reforma política de hoy al sistema educativo -a la que hay que agregar la caída de Elba Esther- se remueven los obstáculos y se abre paso a una reforma, ésa sí, sustancialmente educativa, hasta ahora bloqueada una y otra vez por una cúpula sindical ahora puesta a la defensiva en los tribunales.
Pero como se trata de una reforma política, el debate de los medios con frecuencia se ha agotado precisamente en lo político, en los juegos de poder, en las estrategias y los recursos políticos puestos en acción por las partes. Éste es el caso de la campaña de contrainformación que manejó el aparato sindical sobre los supuestos propósitos privatizadores de la educación pública que le atribuye a la reforma. Ahora sí parece llegada la hora del debate propiamente educativo.
(Director general del Fondo de Cultura Económica)
