Don Modesto Cárdenas era lechero en mi ciudad, Saltillo.
Tenía en su corral una noria que daba abundante agua. Y decía don Modesto hablando de sus vacas:
-La Pinta me da mucha leche. La Mora también. Pero la que me da más es la noria.
A una de sus vacas le puso don Modesto un nombre extraño: La Concurrencia. Hizo eso con el único objeto de embromar a las señoras que visitaban a su esposa. Cuando estaban en la sala conversando se les aparecía de pronto y les anunciaba:
-La merienda, señoras, se servirá tan pronto ordeñe yo a La Concurrencia.
Ellas fingían reír, pero se mortificaban. Ocultamente le decían a don Modesto "Don Molesto".
Cosas de ayer que no sé por qué recordé hoy.
¡Hasta mañana!...