Al grito de "el que no brinque es Peña", Rubén Albarrán vocalista de Café Tacvba puso a bailar a miles de personas en la Plaza Mayor el pasado sábado 20 de octubre. Pero no sólo los rockeros vencieron el miedo propio de la inseguridad para bailar con La Chica Banda, también personas de la tercera edad y bebés de brazos fueron testigos del magno concierto donde miles se "dejaron caer" sobre Las Persianas de la Chilanga Banda.
Días antes en ese mismo espacio se leyó poesía, se habló del origen del cine de luchadores e incluso se montó un ring donde rudos y técnicos se enfrentaron para alzarse con la victoria, al mismo tiempo que niños y adultos se tomaban fotos con las esculturas que forman la exposición Alas de la Ciudad.
Más allá de la controversia propia de su construcción, y con los fantasmas del retraso y la opacidad de la compra de los terrenos colindantes, lo cierto es que la Plaza Mayor se ha convertido en un espacio de encuentro, donde decenas de familias acuden a pasear, devolviéndole la vida al Centro de una ciudad, golpeada por la violencia, de ahí que funcione como válvula de escape.
En el escenario de violencia que se vive actualmente en la Comarca Lagunera es urgente rescatar los valores sociales, los cuales jugarán un papel preponderante para que la sociedad no se paralice como consecuencia del miedo.
No debemos perder de vista que una sociedad que se acostumbra a vivir en medio de la violencia enfrenta crisis del orden político, el sentimiento de comunidad desaparece, de esta forma el individuo se siente desplazado de su entorno, de ahí la importancia de retomar las calles para convivir con el Otro.
Para el escritor y titular de la Dirección Municipal de Cultura, Jaime Muñoz, la Plaza Mayor debe convertirse en un futuro muy cercano en un referente de la vida pública de Torreón y de toda la Comarca Lagunera.
El 15 de septiembre, finalmente después de varios meses de retraso, fue inaugurada la Plaza Mayor con el tradicional Grito de Independencia y la presentación de La Banda El Recodo; en poco más de un mes este lugar se ha convertido en un espacio democrático donde lo mismo convergen manifestaciones culturales como la literatura y la escultura, que la Lucha Libre y la música electrónica de Nortec.
"Una exigencia ciudadana es que este espacio sea para las actividades cívicas, pero también para crecer espiritualmente, un espacio para aumentar nuestros conocimientos, para imaginar y fantasear", afirma Jaime Muñoz.
Mimos, conciertos, cuentacuentos, todo cabe en la Plaza Mayor, donde incluso muchos visitantes llegan a este espacio sin una idea predeterminada y se involucran con la actividad que en ese momento se esté llevando a cabo.
"El punto de la Plaza Mayor debe convertirse en un lugar de paseo, para ir a conversar con la familia y tomar el fresco, sobre todo a una hora que lo permita nuestro clima, que generalmente es muy severo por el sol. Pero también debe ser un espacio donde ya sea planeado o sorpresivamente, los ciudadanos se puedan encontrar con algo que tenga que ver con el arte y la cultura.
"Muchas familias han llegado aquí y de repente se topan con la presentación de un grupo folclórico y se han acercado para decirme que les agrada este tipo de actividades. Creo que la gente sabe agradecer la organización de ese tipo de actividades, la gente lo merece y lo van pidiendo cada vez más, y creo que es una exigencia muy legítima", comenta Jaime Muñoz.
Para el escritor la Plaza Mayor también funciona como un espacio para crear públicos, ya que hay muchos ciudadanos que no se "atreven" a presenciar espectáculos en espacios cerrados como pueden ser los teatros de la localidad.
"Por eso hay que sacar el arte a las calles, apropiarse de los espacios públicos. Además tenemos una necesidad muy fuerte de ganar la calle dado que en los últimos años, debido a las situaciones que todos conocemos, la gente se ha ido alejando de los espacios públicos, se ha ido encerrado y creo que es imperativo que la gente sepa que la calle es de todos y que hay que recuperarla. Qué bueno que en La Laguna ya contamos con este espacio grande, que es así como el Zócalo de la Ciudad de México, un espacio para organizarnos, para convivir y vivir sanamente nuestra vida en sociedad".
Más allá del diseño de la Plaza Mayor, e insisto de la controversia que rodeó su construcción, es un hecho que este lugar, al menos en este primer mes ha inyectado de vida nocturna el Centro de la ciudad. Una vida nocturna que no se limita a los adultos, por el contrario, familias enteras se adueñan del espacio.
Sede del Festival de las Artes de Coahuila, así como de actividades culturales del Municipio, la Plaza Mayor se ha convertido en este primer mes en un espacio de encuentro; sin duda será tarea de las autoridades mantenerlo en buen estado, seguir organizando eventos y no dejar caer este espacio de los ciudadanos.
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