Que tal amigo lector:
El próximo jueves 4 de Octubre se celebra el día de San Francisco de Asís, santo muy venerado nacido en Asís Italia, murió el 4 de Octubre de 1226 a la edad de 44 años y canonizado en 1228.
San Francisco de Asís fue hijo de una familia rica y murió pobre, sus bienes fueron compartidos con la gente necesitada.
En memoria a San Francisco de Asís, en 1929, el 4 de Octubre fue declarado día mundial de los animales, por iniciativa de la organización mundial de protección animal en un congreso celebrado en Viena. En el año de 1980 el Papa Juan Pablo II lo declaró patrono de los animales y de los ecologistas, a partir de esta fecha se celebra y cobra más auge a nivel mundial conmemorándose en varios países con la Bendición de las Mascotas.
San Francisco de Asís no sólo sirvió a sus semejantes, sino a todos los seres vivos y a los animales que consideraba hijos de Dios y llamaba hermanos, se dirigía a ellos y le obedecían, prueba de ello su famosa historia en el que logra que un lobo salvaje no atacara más a una población. De ahí nace la poesía "Los motivos del lobo".
San Francisco sentía un profundo respeto y admiración por todo lo que se hallaba en la naturaleza, desde el menor de los insectos hasta el astro rey y la luna. Dirigiéndose a éstos como hermano sol y hermana luna, San Francisco, como legado nos enseñó que todo lo hecho por Dios tiene una interdependencia, y romper los lazos que las unen es una grave falta.
Dentro de esta celebración hagamos reflexión acerca de nuestras mascotas. Que con su fidelidad y nobleza deberían ser ejemplo de muchos hombres, nuestras mascotas nos brindan compañía, alegría y en momentos de tristeza son un aliciente en nuestras vidas, por eso bien decía San Francisco de Asís; "son nuestros hermanos".
Cordonazo de San Francisco.
A San Francisco de Asís también se le relaciona con las lluvias y crecientes que se presentan alrededor del 4 de Octubre, especialmente entre la gente del campo, por ser una bendición para los agricultores que anhelan las lluvias que sirvan para preparar los cultivos de Otoño-Invierno.
A este invariable fenómeno que cada año se presenta en el clima se le conoce como cordonazo de San Francisco.
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