LA MODA DE LUCHA
El proceder inocente de los niños cuando se sienten no vigilados habla mucho de lo que hacemos con ellos en casa. En el pasado, el juego más natural era el de ama de casa para las niñas y algún oficio para los niños, fue lo natural porque era la realidad que enfrentaban cada día. Queda claro que sus modelos eran los padres.
Las evidencias no dejan lugar a dudas, y si nos enjuiciaran en este momento ni el mejor abogado podría encontrar evidencias a nuestro favor. Los padres de familia somos los responsables de lo que nuestros hijos reflejen, por lo menos durante la niñez, así hayamos ideado toda clase de vías para acusar a cualquier otra institución social que no sea la familia.
¿A qué juegan hoy nuestros niños? Las pequeñas han sobrepasado a las muñecas para ser ellas mismas el objeto lúdico y desean parecerse no a la mamá, sino a la figura plástica que está de moda; los niños son capaces de destruir con una mirada de láser cualquier obstáculo que se les interponga, o bien, organizarse para violentar a un compañerito con técnicas que por mucho superan las que, suponemos, debería usar un menor de edad.
En un restaurante de ésos con paradisiacos juegos, en donde los padres pueden olvidarse por un momento de que lo son, un par de niños de primero de primaria se organizaron para aplicar algunas llaves a otro de menor peso y talla; mientras el más corpulento lo inmovilizaba con un brazo en el cuello, el otro le daba golpes "leves" en el abdomen. El agredido empezó a gritarle a un señor que estaba sentado enfrente para que lo ayudara, pero la encargada del grupo de escolares le dijo al señor que no pasaba nada, "están jugando a la lucha libre", dijo y volvió a su silla. Desconozco si el chiquillo llegó a casa con la evidencia del ataque, pero su situación en público fue por demás humillante y, la de la mujer, vergonzosa. Y como la lucha libre está de moda, entonces también la tendencia marca que el bullying pasó a ser un problema obsoleto, ahora se llama juego de temporada.
También los medios de comunicación son acusados de la violencia infantil por los padres, sin embargo éstos, al igual que las drogas en la calle y el delito, están ahí y no podemos responsabilizarlos de lo que nos toca a nosotros: mostrarles que lo que acontece a nuestro alrededor es una enseñanza y no una ley.
Por: Dalia Reyes
