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LIBROS, ESCULTURAS, MACHISMO

DR. SERGIO ANTONIO CORONA PÁEZ

El libro colectivo "Turismo del vino. Análisis de casos internacionales" fue galardonado el pasado martes 6 de marzo, en el esplendor del teatro Folies Bergere de París. Le fue otorgado el "Gourmand Book Award" 2012 al mejor libro del mundo en su categoría, que es la de "turismo del vino" (Editorial Universitat Oberta de Catalunya, colección Ars Alimentaria, Barcelona, 2011). Ya previamente había recibido el prestigioso reconocimiento de Gourmand como el mejor libro de España en ese tema, y la nominación para disputar el título mundial.

Fueron los editores-coautores los doctores Jordi Tresserras Juan, Damià Serrano y F. Xavier Medina, con la participación de los coautores Duarte Santo, Gonçalo Sousa Pinto, Sergio Antonio Corona Paez, Genoveva Millán Vázquez, Eva Agudo, Luis V. Elías, Elizabeth Saleh y Frédéric Duhart.

En dicho libro, el coordinador del Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad Iberoamericana Torreón, participó con el artículo "Turismo y vino en la denominación de origen Valle de Parras (Coahuila, México)". Pp. 159-171. Los doctores Xavier Medina y Frédéric Duhart fueron algunos de los ponentes que visitaron Torreón durante el XII Seminario Iberoamericano de Viticultura y Ciencias Sociales, celebrado en la Universidad Iberoamericana Torreón del 15 al 17 de julio de 2009.

Para hablar de otra cosa, mencionamos que un espacio citadino para la representación, comunicación e interpretación de las verdades históricas, está constituido por la totalidad de los monumentos que cuentan con elementos escultóricos. Tal vez no hemos reflexionado mucho sobre este punto, pero las esculturas de una población constituyen elementos de comunicación, y lo que comunican es la versión de la historia que consideran veraz y aceptable.

Un pueblo o ciudad puede contar con su versión de la llamada "historia de bronce", es decir, esculturas (de bronce, naturalmente) que representan personajes y hechos de la historia oficial de la nación. Pero suele suceder que los habitantes de una ciudad con historia propia, van creando sus propios elementos escultóricos de memoria local.

Este es el caso de ciudades como Monterrey, donde el fundador de la población, el capitán Diego de Montemayor, y su yerno, el capitán Alberto del Canto, fundador de Saltillo, se encuentran representados en varios sitios. Es común que se modele en bronce, piedra o concreto a los fundadores, héroes y heroínas, batallas, personajes ilustres, etc.

Un mayor grado de abstracción y de cosmopolitismo caracteriza a las ciudades que representan no solamente su historia local, sino las aspiraciones locales. Es en estos espacios donde el elemento didáctico y formativo se encuentra presente de manera singular. Se trata de monumentos por medio de los cuales se promueve un rasgo de la conducta, o un valor determinado. No son monumentos al pasado, sino al futuro. Son elementos escultóricos o monumentales destinados a interactuar con aquellos que los contemplan, y exigen una toma de posición ante ellos.

Un monumento de este tipo podría recordar algún hecho histórico nefasto que pudiera repetirse de manera recurrente a través de los siglos, y su propósito sería evitar que esto suceda. El monumento a Servet en Ginebra, en Suiza, es un caso típico. Miguel Servet, famoso médico español del siglo XVI, por la intolerancia religiosa de Calvino, fue quemado en la hoguera. El monumento en cuestión, levantado por los descendientes espirituales de Calvino, condena el dogmatismo y la intolerancia de éste, y alaba la memoria del médico ajusticiado y sobre todo, la libertad de conciencia.

Y en el marco de la Semana Internacional de la Mujer, mencionamos que el afán de dominio o de intrínseca superioridad del hombre sobre la mujer (machismo) ha sido una constante cultural que, al parecer, se ha ido mitigando en México durante el curso de los últimos 40 años. Pero en 1893, en el mismo año en que Torreón fue elevado a la categoría de municipio, y su cabecera al de villa, la opinión que se tenía sobre la pretensión de la mujer a equipararse en igualdad de derechos con el varón, era risible. Afortunadamente, las cosas ya no son así, pero no deja de resultar sorprendente que los caballeros se escandalizaran de que las niñas de 10 años tuvieran libertad para invitar a sus casas a sus amigas los sábados, y peor aún, que tuvieran la desfachatez de divertirse. Tan mala crianza y ejemplo lo atribuían a los excesivos privilegios de que disfrutaban las mujeres estadounidenses.

Para ilustrar lo que digo, transcribo un par de textos publicados en "La Idea" de Lerdo, Durango, en 1893, textos que nos hacen posible mirar de cerca lo que se expresaba sobre la conducta femenina, y sobre la manera como se percibía y valoraba esta conducta.

Sobre las mujeres estadounidenses, se escribía que

"En los Estados Unidos se ha dado tanta libertad, tantos derechos, y tanta igualdad (con respecto al hombre) a la mujer, que insensiblemente, su carácter y su modo de ser se resienten de esos privilegios legales y sociales.

La americana, a la edad de 10 años va sola al colegio, compra sus cintas y juguetes, y los sábados convida a sus compañeras a que vayan a pasar la tarde con ella, y hacen bulla, y se divierten de todo corazón".

Cosas de señoritas se consideraban las siguientes:

"Querer ser bonita a fuerza de polvo.

Apretarse el corsé para aparecer de cuerpo esbelto.

Enojarse siempre que las llaman feas.

Hablar de todo mundo.

Procurar saber lo que no les importa.

Delirar por el matrimonio.

Suspirar por los bailes.

Andar todo el día en la calle.

Tener cinco o seis novios.

Fingir que lloran, para hacer creer que deveras aman,

Ver los defectos ajenos, y no ver los propios.

Amar los bienes del hombre, y no al hombre.

Asistir al baile, y hacerse del rogar cuando las solicitan.

Darla de románticas, y pretender saber mucho.

Tener muchas amigas, y comerse unas a las otras.

Vivir ciegas de amor... propio

Aparecer buenas por conveniencia.

Decir que no son rogonas.

Meterse de rondón a algunas casas sin saludar a nadie.

Contestar a la carta primera con "tengo un inconveniente y no puedo corresponderle por ahora, que he sabido que tiene Ud. relaciones con fulanita, y le doy las gracias porque sin merecerlo se ha dirigido a su inútil servidora, quien Ud. sabe".

Escribir "amor" con H.

Casarse con el mejor postor". Fuente: "La Idea" revista quincenal de literatura, artes, ciencias, agricultura, industria y comercio. Villa Lerdo, 15 de mayo de 1893 y 30 de junio de 1893.

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