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Salvador Álvarez y María Elena Cruz celebran sus Bodas de Oro

Haber compartido 50 años en pareja significa media vida llena de alegrías y por qué no, de tristezas. Ese tiempo es fiel prueba de que el amor triunfa a pesar de todo. Lo anterior se resume en una trayectoria juntos, complementada sin más riqueza que la de dos corazones enamorados.

Don Salvador Álvarez Díaz y doña María Elena Cruz de Álvarez llegaron al altar de la parroquia de San Pedro Apóstol para renovar sus votos matrimoniales durante una emotiva ceremonia celebrada en ocasión de su aniversario de Bodas de Oro.

Tan feliz acontecimiento se realizó el 29 de noviembre de 2003, a las 20:30 horas y fue ofrecida por sus hijos: Martha Elena, Salvador, Rafael, Francisco, Juan Carlos y Mónica, quienes posteriormente les obsequiaron una hermosa recepción en el Centro de Convenciones de Torreón, a la que asistieron un poco más de 800 invitados.

Medio centenar de velas en color dorado -que simbolizaban cada año vivido en pareja- iluminaron de manera especial el altar del recinto religioso, el cual estaba tapizado de flores blancas que engalanaron aún más el lugar.

Emotiva ceremonia ofició el Pbro. Gerardo Zataráin, concelebrada por el sacerdote Ramón García Reynoso. Ambos solicitaron a los novios pasar al frente para renovar sus votos como lo hicieron hace 50 años. Ellos se abrazaron, fue de los momentos más emocionantes.

Después de este acto litúrgico, los festejados y asistentes se llevaron una grata sorpresa al ver salir de la sacristía al Obispo Emérito de Torreón, don Fernando Romo Gutiérrez, amigo de la familia Álvarez Cruz, quien con su presencia hizo que la pareja se sintiera aún más felices. Él les llevó como regalo un cuadro que representa la Eucaristía.

En un fraternal entorno se desarrolló la misa que duró hora y media. Luego, afuera del templo, largas filas formaron familiares e invitados para felicitar a los señores Álvarez; después, todos se trasladaron al Centro de Convenciones.

Una elegante recepción

Todo el salón se veía en color dorado: Sillas, mantelería, centros de mesa y detalles, así se decoró el Centro de Convenciones para esa fecha tan significativa en la que los señores Salvador y María Elena estuvieron rodeados de sus hijos, hijos políticos e invitados, muchos de ellos vinieron procedentes de Guadalajara, Mérida, Tabasco, Monterrey, Chihuahua, Ocotlán, Jalisco, Zacatecas y Seattle.

La fiesta inició con el vals que de manera romántica bailaron los novios, después se acercaron para continuar con el ritual hijos y nietos. Este lapso fue muy aplaudido.

Bella música de órgano alegró la festividad en la que se ofreció una exquisita cena compuesta de camarones, sopa de pistache, ruedas de filete con almendras y zanahorias y de postre varias deliciosas. De beber se ofrecieron selectivos vinos de mesa, como lo son el tinto y blanco, whisky, coñac, brandy, tequila y baileys.

La mesa de los agasajados se vió súper bonita y peculiar ya que era en forma rectangular. Lo novios se sentaron al centro, y al lado de cada uno lo hicieron sus amigos. A un costado de doña María Elena estaban las señoras y del lado de don Salvador, sólo hombres.

A las doce y media de la noche arribaron los mariachis, lo que animó aún más la celebración. Francisco Álvarez Cruz dedicó a sus padres dos canciones Hermoso Cariño y Las Llaves de mi Alma, enseguida pasó al escenario su primo José Cruz Ponce quien le hizo segunda. Los dos cantaron tan bien que parecían el verdadero Vicente Fernández con su hijo el ?Potrillo? Alejandro.

Fue una grata velada, la pareja disfrutó de su banquete como la primera vez y con ello cumplieron un sueño... Celebrar juntos y felices sus Bodas de Oro. ?Gracias Señor, hemos cumplido?. Salvador y María Elena.

EL GRAN DÍA

El viernes 28 de noviembre, un día antes del festejo, los hijos de los esposos Álvarez Cruz, nietos y especialmente compañeros de oficina, les dieron una grata sorpresa... les llevaron ?Gallo??. Fue muy emocionante.

BENDICIÓN: Al momento de renovar sus votos matrimoniales, los festejados unieron sus manos y sobre ellas el Pbro. Gerardo Zataráin colocó su estola y les dio su bendición.

PADRINOS: Martha Álvarez Cruz, fue de anillos; Mónica María Álvarez de López, de arras y de lazo, Héctor Cruz Ponce y María Eugenia Salazar de Cruz, en representación de Olga Ponce de Cruz, madrina original del lazo de boda.

LECTURAS: Las leyeron José y Martha Elena Piña Álvarez.

FIESTA: Hasta las cuatro de la madrugada del siguiente día (domingo), se prolongó el aniversario de Bodas de Oro.

RECUERDO: Para que los invitados tuvieran un agradable recuerdo del festejo, se entregó una cruz confeccionada en hierro forjado en color dorado con la imagen de La Sagrada Familia.

PARA RECORDAR

Salvador Álvarez Díaz y María Elena Cruz Barba se dieron el sí quiero, un 28 de noviembre de 1953.

CEREMONIA: Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Torreón.

HORA: Diez de la mañana.

BANQUETE: Festejaron su enlace con una comida a medio día.

LUNA DE MIEL: Viajaron a Guadalajara, Jalisco.

SU HOGAR: En un principio lo fijaron en la colonia San Joaquín.

Y SIGUIÓ EL FESTEJO

Al siguiente día, -domingo-, se ofreció una comida campestre en la Casa Club del rancho El Refugio.

INICIO: A las 15:00 horas.

COMIDA: Un delicioso buffet de platillos mexicanos.

DETALLE: Don Salvador agradeció la asistencia de todos los ahí presentes, que en su mayoría eran invitados procedentes de otras ciudades, y eso no fue todo... deleitó a los asistentes con una canción, por cierto su preferida ?Mi Gusto Es??. Lució bastante contento.

DESPEDIDA: A las siete de la tarde finalizó la reunión, y se despidió a las personas que llegaron de otras regiones.

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