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VERDADES Y RUMORES

Por el agente 007

Los que ya anduvieron en plan medio amistoso, por lo menos aparentemente, fueron el presidente Felipe Calderón y el gober Humberto Moreira, luego de la reunión que tuvieron en Los Pinos para tratar la reconstrucción tras el paso de la tormenta “Alex”. Nuestros subagentes reportan que don Felipe y don Humberto platicaron de manera civilizada y sin recriminaciones sobre el envío de apoyos a las zonas de Coahuila devastadas por las inundaciones, así como del tema de la seguridad en La Laguna y los refuerzos federales. Se comenta que don Felipe hasta asignó un enlace en la Secretaría de Gobernación para que atendiera peticiones del Estado (que hagan caso es otra cosa, pero algo es algo). Ahora está por verse cuánto les dura la buena vibra.

Y es que saliendo de ahí ambos bandos volvieron a las andadas y a eso de ver la paja en el ojo ajeno. Por un lado, el ex vocero presidencial Max Cortázar, ahora en su papel de vocero del PAN, se le fue a la yugular a don Humberto reclamándole la falta de colaboración en el tema de la seguridad. Pero en el “Gobierno de la Gente” no se tragan el cuento de que don Max, sólo por pasarse al comité panista, ya dejó de tomar órdenes del “preciso”, porque menso menso no está. A su vez, el gober Moreira tronó con unas declaraciones sobre la identidad de los asesinos de la delegada de Comunicaciones y Transportes, Alejandrina Martínez y metió en el ajo a “un amigo íntimo del Presidente”, pero olvidando que como autoridad estatal tiene a su cargo la investigación del crimen y si la Fiscalía General del Estado va a hacer acusaciones debe tener pruebas y revelar la identidad de los acusados. De ahí que nuestros subagentes duden que la tersura de la reunión de Los Pinos se mantendrá vigente durante el trabajo que don Felipe y don Humberto tienen pendiente en varios frentes, y menos cuando ya se avecina la temporada electoral en Coahuila. Lo malo es que los que sufren las consecuencias de estos “pleitos”, somos los habitantes de esta sufrida entidad federativa.

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Bastante mal cayeron los comentarios del gober de Durango, Ismael Hernández Deras, que salió con el argumento de que es la violencia en Torreón la que “contamina” La Laguna de Durango. La falta de memoria de don Ismael es notable y la intervención federal en el_Cereso de Gómez Palacio evidenció que la cosa es al revés: del lado de Durango habrían salido grupos de reos bajo la “custodia” del Estado para cometer el asesinato de 17 personas en Torreón. Y es que los laguneros padecemos autoridades que buscan voltear a otro lado cada vez que las cosas se ponen calientes. Del lado de Durango, resulta que don Ismael quiere patear el balón, y quizá porque ya va de salida no quiere enterarse de nada turbio que le ponga malo el cuerpo, sólo dedicarse a organizar el concierto de Plácido Domingo y por eso ignora que los grupos criminales se mueven con entera libertad no sólo en Torreón, sino también en Gómez Palacio y Lerdo. Ahí está la investigación en el Cereso de Gómez, y el hecho de que el Estado sólo intervino por presiones federales. Para don Ismael será un pésimo cierre de sexenio la exhibida que reciben los cuerpos de seguridad estatales. A la indiferencia de Durango se suma que del lado de Coahuila el pleito del gober Humberto Moreira con el Gobierno Federal es visto como una de las causas de la falta de atención al grave problema de inseguridad en la región, mientras las policías locales no pueden contener la bronca. Todo esto demuestra que ante la ola de violencia en La Laguna, las autoridades locales ni pichan, ni cachan ni dejan batear.

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El zafarrancho que un centenar de manifestantes armó con la Policía Municipal durante un bloqueo del bulevar Independencia el jueves pasado pudo haber desembocado en tragedia, porque ninguno de los dos bandos le midió el agua a los camotes. Los manifestantes recibieron a los policías a golpes y empujones y los muchachos del General Bibiano Villa que andan muy sensibles estos días con eso de la inseguridad, estuvieron a punto de levantar las armas, pero finalmente prevaleció la cordura. Nuestros subagentes comentan que el principal enojo entre las huestes del alcalde Eduardo Olmos, es que la protesta fue armada por su propia gente, líderes priistas de colonias encabezados por Jesús Sosa, quien cobra un jugoso apoyo en el Gobierno del Estado. El problema es que la demanda de escrituración de vivienda en unas veinte colonias de la ciudad no ha sido cumplida, por lo que los reclamos han subido de tono y en el PRI todavía no saben cómo fue que estos líderes se salieron de control. Los subagentes comentan que el curuleco federal Miguel Ángel Riquelme, como encargado del manejo de redes clientelares del tricolor, debió tener controlada esta situación. Otros señalan al jefazo del PRI municipal, Salvador Hernández Vélez, diciendo que se le salieron del huacal. Claro que el hecho de que todos fueran priistas y hablaran el mismo lenguaje permitió que la cosa se arreglara cuando don Lalo amenazó a don Chuy que le iba a contar al gober Humberto Moreira todas las cosas feas que gritaron durante la protesta, así que el líder de los colonos reculó (así se dice) y todos contentos.

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Por cierto, el gran ausente en la protesta que incluyó la quema de un jacal a unos metros de una gasolinera, fue el director de Atención Ciudadana, Armando Cobián, quien es el primer responsable de acudir a una situación de este tipo. Quién sabe si don Armando andaba muy ocupado analizando estadísticas de béisbol, pero nunca se le vio en la negociación que tuvo que aventarse el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery (quien al estilo de Enrique Peña Nieto, salió de la protesta sin que se le derritiera el gel). Claro que don Armando sí se paró en la oficina del alcalde Eduardo Olmos, a donde acudieron los líderes de la protesta, y muy orondo se puso a dar el reporte de la manifestación sin que hubiera estado ahí. Nuestros subagentes no se explican por qué don Lalo mantiene a don Armando en el puesto con tan bajo porcentaje de bateo, pues la dirección de Atención Ciudadana, lejos de resolver las quejas, las acumula por el pésimo trabajo que hacen para responder a las demandas de la gente.

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El despido de Patricia Flores como jefa de la poderosa Oficina de la Presidencia de la República traerá un realineamiento de fuerzas políticas en Durango, de donde es originaria su familia. Desde Los Pinos doña Patricia controlaba una buena parte de los delegados federales que operan en Durango en mancuerna con su tío, el ex secretario de Turismo, Rodolfo “El Negro” Elizondo, quien es uno de los mandamases del PAN duranguense. Esa estructura incluye la delegación de Desarrollo Social, que no pudo montar una operación electoral para favorecer a la alianza opositora en las pasadas elecciones. Nuestros subagentes comentan que doña Patricia buscaba ser senadora por Durango en 2012, pero se ve difícil que alcance esa meta cantando fados y comiendo bacalao en Lisboa, a donde el presidente Felipe Calderón la quiere mandar de embajadora (para que no pase a vivir en el error, lo que debe agradecerle.) Con su salida del primer círculo del poder, aunada a la salida de don Rodolfo del Gabinete hace unos meses, la pugna por el control del PAN recae en los “yunques” del ex dirigente Manuel Espino y el subprocurador Juan de Dios Castro, y los “antiyunques” del fallido candidato a la alcaldía de Durango, Rodolfo Dorador, quien tenía en doña Patricia a una aliada. ¿Y ahora quién podrá defenderlo?

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