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A CIEN POR HORA

RICARDO RUBÍN

Banderazo De Salida.- El Club de los Optimistas de San Petersburg, Florida, se reúne cada dos meses, y cuando yo vivía allí me tocó la suerte de asistir a una de sus reuniones gracias a la invitación de un amigo... Se trata de un grupo de gente alegre que ha encontrado en el buen humor y en la forma positiva de enfrentarse a los problemas de la vida la mejor forma de irla pasando... La reunión fue en la bonita residencia del dueño de unos barcos camaroneros, y la cena se sirvió en el jardín, donde varios meseros circulaban con bebidas y charolas de comida. No se oían más que risas alegres y charlas animadas. Lo que se decía y se hacía allí era para poner alegre a cualquiera, sin necesidad de una sola copa de licor: los asistentes eran de distinta condición social y económica pero todos tenían una meta: superar con fuerza de espíritu cualquier situación difícil, y ver todo de buen color, y no negro e imposible de resolver.

 CURVA PELIGROSA.- En ese club no tienen cabida sólo los que saben contar buenos chistes, sino más bien los que demuestran que ante una situación adversa superaron el problema con optimismo, entereza y espíritu deportivo. Y que al solucionarlo dijeron "borrón y cuenta nueva", se olvidaron del asunto y siguieron adelante... Y lo curioso de todo es que son pocos quienes saben resolver así sus problemas, pues la mayoría de las personas son dadas a seguir el curso trágico de cualquier situación, a cobrarse venganza, a mostrarse ciegas y a perder toda objetividad... Es más fácil ponerse a llorar ante un fracaso, dicen los Optimistas, que reírse de aquello y seguir adelante con el mejor espíritu. Se necesita mucha fuerza interior para reírse de las malas situaciones y seguir adelante como si nada. Tal vez por eso el lema del Club de los Optimistas sea: "Caer y levantarse con una sonrisa".

 RECTA FINAL.- Uno de los ejemplos más comunes que han enfrentado los socios del Club es la infidelidad del cónyuge. Uno de los socios, como otros más, encontró a su esposa en brazos de otro hombre. El esposo ofendido no corrió en busca de una pistola para matar a la infiel y después pasarse diez años en la cárcel y arruinar su ida. Se dijo: "Esto significa que ella ya no me quiere y que por eso ha traicionado mi confianza; y también que ha encontrado la felicidad en otro hombre. Pues que sean felices los dos", y se divorció de ella. Más tarde encontró a otra mujer que alentó sus ilusiones un tanto marchitas y se casó con ella... El hombre-ejemplo que se enfrentó a esta situación, como muchos del Club de Optimistas, piensa que no hay que hacer una tragedia por una infidelidad. No se puede pedir amor a la fuerza, y un hombre débil o un machista hubiera lavado con sangre su honor, ¿cuál honor? Una traición no merece sino el desprecio y no arruinarse la vida por alguien que ha demostrado no valer la pena.

 META. "Ata tu vida a una estrella" escribió el poeta Walt Whitman, y esto es también otro lema del Club de Optimistas... Y otro más: "No dejes que un ancla te arrastre al fondo del mar", refiriéndose a que un ancla es todo lo que esclaviza, domina o perturba... Por eso, los Optimistas aunque no siempre sonríen, sí mantienen un espíritu alegre y ligero, una forma amable de ver las cosas... "Lucha por lo que quieres, pero no hasta imponer tu propia voluntad o ceder ante lo que opinen los demás. Procura que las cosas sean como deben ser, pero de manera espontánea", dicen también los Optimistas... En resumidas cuentas, concluyen, se vive sólo una vez para amargarse la vida y no ser feliz. Así que sigue siempre adelante y mantén una sonrisa fresca.

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