Sin lugar a dudas, el ritmo del cambio puede ser más rápido, pero el desafío que supone el cambio siempre ha estado con nosotros. En la antigua Grecia, Heráclito, filósofo que antecedió a Sócrates, declaró que la única constante en nuestro mundo es el cambio. En el siglo XVII, el gran científico Blaise Pascal dijo que los mismos seres humanos estaban sometidos a un cambio constante, tanto si eran conscientes de ello como si no lo eran. El cambio puede inquietar e incluso desestabilizar, y a menudo le da miedo a la gente. Con todos los cambios que hoy vivimos, el nivel de estrés es más alto que nunca antes. Eso afecta la satisfacción, el espíritu corporativo y la productividad.