Si tu estima propia está muy baja, tu bienestar se tambalea, pierdes seguridad en ti misma y hay en ti un sentimiento de inferioridad: éstos son síntomas de una depreciación propia, con indicios de falta de confianza para actuar, opinar, participar...
Especialistas en personal de oficinas han dado prioridad a este problema; ellos recomiendan cinco pasos a seguir para iniciar una recuperación del bienestar personal:
1.Haz un recuento de tus logros más recientes, así como de tus cualidades como líder, esto levanta tu moral.
2. Señala una de tus deficiencias o debilidades personales y concéntrate en erradicarla o mejorarla.
3. Aumenta tus conocimientos en tu área de trabajo. La falta de información puede quizás impedirnos aceptar ciertos retos.
4. Lleva a cabo una tarea que anteriormente habías considerado muy difícil esto confirmará lo bien que has observado los tres pasos anteriores.
5. Pon atención a tu apariencia personal; la manera como te vistes, caminas, hablas, etc., refleja la opinión que tienes de tu persona. Los expertos recomiendan poner atención en que esta confianza debe ser generada por ti misma, no puede ser impuesta por otros. Un nuevo guardarropa, maquillaje o peinado, si no los luces con seguridad propia y los asimilas como la nueva yo que quieres ser, no podrán hacer milagros. Para colocarte bajo los reflectores, hay que circular, ya no puedes acobardarte.
El trabajo discreto, excelente y eficiente de una asistente ejecutiva es la médula de muchos negocios. Una conducta complaciente, bonachona puede ser confundida con falta de discernimiento. Por supuesto que la persona que vocifera su descontento con frecuencia levanta resentimientos; sin embargo, hay un justo término medio entre estos dos extremos y ése es el que necesitas desarrollar.
El general, probablemente una excesiva modestia impide a muchas mujeres reconocer lo que hay de bueno y especial en ellas. Nos hemos creado un tipo de resistencia interior que nos impide reconocer nuestra estima propia y nuestros valores; pero hay que comenzar a consentir y halagar nuestro ego en privado para disfrutar los resultados en público.
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