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Téllez fuera

Jaque mate

SERGIO SARMIENTO

"El chantaje se ha vuelto respetable."

Robert G. Menzies

"Ya no estamos en los tiempos de Fox". Luis Téllez aparentemente le dijo esto hace algunos meses a un funcionario del Gobierno panista que se negaba a aceptar una instrucción suya: A esto, el funcionario respondió: "Tampoco en los de Salinas."

Quizá este intercambio nos revele por qué Téllez no podía permanecer ya en el Gabinete. El hasta ayer secretario de Comunicaciones y Transportes, quien se desesperaba ante los "traidores" que no aceptaban sus instrucciones, era visto por los funcionarios panistas como una simple herencia de los viejos tiempos del PRI. El presidente Felipe Calderón hizo lo posible por sostener a Téllez. En la disputa que éste sostuvo con Purificación Carpinteyro, quien ocupó brevemente la subsecretaria de Comunicaciones tras ser nombrada directamente por el presidente, Carpinteyro fue derrotada y tuvo que renunciar. Además fue sometida a una acusación penal por la SCT y a una investigación sobre los gastos realizados durante su período como titular de Correos de México.

Cuando las conversaciones telefónicas de Téllez empezaron a salir a la luz pública, el presidente quiso aguantar el escándalo. La afirmación de que el secretario estaba siendo chantajeado por alguna persona no identificada que exigía su renuncia hacía muy difícil deshacerse de él. Un Gobierno que cede a una presión de este tipo difícilmente logrará mantener su independencia.

Al final, sin embargo, la posición del secretario se volvió insostenible. Su expresión: "Me cae que extraño los tiempos del PRI", grabada en una conversación telefónica, lo alejaba definitivamente de los panistas que colaboran con el presidente. Sus descalificaciones a distintos funcionarios y políticos complicaban su permanencia en un puesto en que la negociación es indispensable. La expectativa de que se divulgaran nuevas grabaciones en las que aparentemente ofrecía una mayor colección de expresiones despectivas de personajes de la vida pública hacía su presencia en el Gabinete una bomba de tiempo. El presidente Calderón decidió no lanzar a Téllez al vacío y lo nombró asesor para la situación económica y las políticas públicas. Téllez, un hombre de gran inteligencia y amplia experiencia en estos campos, tendría mucho que aportar al presidente si éste estuviera dispuesto a escucharlo. Queda, sin embargo, la impresión de que su permanencia en el equipo tiene más que ver con una decisión de no ceder completamente al chantaje que al aprovechamiento de sus talentos.

El reemplazo de Téllez en la SCT es Juan Molinar Horcasitas, un político sin experiencia en el campo de las comunicaciones y transportes, pero que se ha ganado la confianza del presidente como operador político desde hace años. Molinar, quien saltó a la palestra pública como consejero del Instituto Federal Electoral en los años noventa, logró en este sexenio importantes avances en la espinosa tarea de racionalizar el régimen de pensiones del Seguro Social sin provocar una confrontación con el combativo sindicato de la institución. Por otra parte, si bien se trata de un panista de relativo nuevo cuño, Molinar "garantiza

Molinar, sin embargo, se hace cargo de la cartera de Comunicaciones y Transportes en un momento sumamente complicado. La SCT está tratando de forzar una mayor competencia en telefonía ante la resistencia de Telmex y Telcel, que reclaman que se reconozcan las inversiones que han hecho a lo largo de los años. Las decisiones de la Suprema Corte de Justicia han dejado el mercado de la radiodifusión lleno de huecos técnicos y jurídicos. La radio necesita digitalizarse, pero no logra un acuerdo sobre el estándar que adoptará. Nuevas frecuencias están a punto de licitarse y muchas más deben ser renovadas. Las empresas de televisión de cable han empezado a dar servicio de telefonía, pero se impide a Telmex ofrecer televisión de paga que pueda competir con Televisa. Un ambicioso programa de infraestructura, esperanza del Gobierno para promover una recuperación económica, tiene que aplicarse en un momento de enorme escasez de crédito. Proyectos de vital importancia, como el de punta Colonet, están detenidos en medio de la incertidumbre económica.

El gran miedo es que Molinar llegue al cargo a aprender y transcurra un tiempo demasiado largo para que empiece a ejercer un liderazgo. Si el nuevo secretario tiene que tomar un curso intensivo en comunicaciones y transportes, el sexenio habrá terminado antes de que empiece realmente a ejercer sus labores sustantivas.

El presidente Calderón anunció también ayer que Sergio Vela deja la presidencia de Conaculta, quizá hastiado ya del martilleo constante al que diversos grupos lo han sometido. Se hace cargo de la política cultural del Gobierno Consuelo Sáizar, una mujer brillante que proviene de círculos progresistas, pero que se ha ganado el respeto ya de dos gobiernos panistas desde el Fondo de Cultura Económica. El cambio se había rumoreado durante meses, pero al parecer el presidente se resistía a ceder a las presiones de los grupos que querían la cabeza de Vela. Habrá que ver si Sáizar puede seguir haciendo gala de sus dotes como conciliadora en un puesto que requiere más sensibilidad política que la propia Secretaría de Gobernación.

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