“Votar es un acto de conciencia que tiene implicaciones morales, que cierran la puerta a votar por intereses puramente personales”.
13.- “Es inmoral que un partido se valga de prácticas intimidatorias, presiones o amenazas para obtener adeptos. Además de ser un delito que debe denunciarse, la colaboración directa o indirecta al fraude electoral constituye un pecado grave”.
Periódico de la Diócesis de Torreón
22 de septiembre del 2002