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Fumando espero

Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Es cierto que fumar es una debilidad moral, pero debemos precavernos del hombre sin debilidades morales”.

Lin Yutang

Este jueves 6 de diciembre los diputados aprobaron, por 328 votos a favor, 35 en contra y 21 abstenciones, la Ley General para la Protección de la Salud de los Fumadores y los no Fumadores. De ser aprobada por el Senado y publicada por el presidente de la República, la legislación prohibirá fumar en todos los lugares públicos de nuestro país.

Los mismos diputados que aprobaron el ordenamiento, sin embargo, mostraron desde el principio no sólo su verdadera actitud hacia esta iniciativa sino hacia todas las leyes que ellos mismos aprueban. Durante la sesión en que se aprobó la nueva legislación varios de ellos estuvieron fumando. No pueden argumentar a su favor siquiera que la Ley todavía no está promulgada, ya que desde 2004 está prohibido fumar en los plenos de la Cámara de Diputados.

Nadie que no haya estado presente y atento conoce los nombres de todos los diputados que aprovecharon la sesión para echarse un cigarrito y contaminar el ambiente de sus compañeros. Pero las Cámaras del periódico Reforma captaron fumando cuando menos a Javier González Garza, el propio coordinador de los diputados del PRD, mientras que las de La Jornada atraparon a Manuel Minjares del PAN y a Isidro Pedraza del PRD.

Es posible que muchos más hayan fumado en la sesión, pero hayan evadido las cámaras de los fotógrafos de prensa. Es también probable que algunos que habitualmente fuman en los plenos y reuniones de comisiones se hayan abstenido solamente en esta sesión para evitar la patente incongruencia de sus compañeros atrapados fumando.

Los diputados hicieron gala también de los criterios con los que legislan. La multa por violar esta disposición, que originalmente estaba contemplada en mil salarios mínimos diarios, esto es, alrededor de 50 mil pesos, fue reducida a 100 días, unos 5,000 pesos. Esta cantidad es muy inferior a la que se ha establecido en otros países del mundo con esta misma legislación y es claramente muy baja para obligar a los establecimientos con un flujo importante de público a aplicar la ley. El diputado perredista, Juan Guerra, reconoció las razones egoístas por las que actuaron algunos diputados: “No íbamos a permitir que nos trataran como delincuentes”, dijo. No añadió que las empresas productoras de cigarrillos cabildearon intensamente para quitar los dientes de la legislación.

Yo me encuentro entre quienes piensan que las leyes sobre el consumo del tabaco deben tener el propósito de proteger a los no fumadores y los derechos de la sociedad, pero no el de perseguir a los fumadores o a la industria del tabaco, la cual genera muchos empleos en nuestro país. Esto convencido de que debe prohibirse fumar en lugares públicos cerrados, pero pienso que aquellos establecimientos de ingreso voluntario, como bares o restaurantes, que quieran permitir que se fume deben poderlo hacer siempre y cuando lo anuncien prominentemente en sus accesos y anuncios comerciales y no acepten la entrada de menores. Los fumadores, por otra parte, deben pagar cuotas mayores en la seguridad social pública —el IMSS y el ISSSTE— como ya lo hacen en seguros privados debido a los mayores gastos que sus enfermedades autoprovocados implican para los servicios de salud.

Lo que no tiene sentido es hacer lo que hacen nuestros diputados: por una parte, promulgar una Ley persecutoria contra los derechos del fumador y, por la otra, establecer penalidades excesivamente ligeras, que quizá sean un castigo severo para los pequeños establecimientos, pero no para aquellos que tienen grandes facturaciones. Tampoco es sensato no tomar medidas para enfrentar el gran problema real que los fumadores provocan a la sociedad: el subsidio a sus tratamientos médicos por la mayor incidencia que sufren de enfermedades catastróficas como el cáncer.

Si lo anterior muestra la falta de sensatez o de inteligencia de los diputados, el hecho de que ellos mismos violen abiertamente las leyes que promulgan nos demuestra su desfachatez. Pero así parecen ser las cosas en nuestro país. La gente de poder es la primera en violar los ordenamientos que debe resguardar.

Los policías son quienes se pasan los altos y se estacionan en lugares prohibidos, y quienes extorsionan y asaltan, mientras que los políticos que promulgan bandos que prohíben bloquear vías primarias de comunicación son los que se asientan durante meses en el Paseo de la Reforma.

¿Qué respeto podemos tener a los políticos que en el momento de aprobar una Ley que prohíbe fumar en lugares públicos fuman en un lugar público en que ellos mismos prohibieron fumar? Con razón los diputados y los senadores están en los últimos lugares de la confianza de los ciudadanos.

PRESIDENTE DEL PAN

Hubo un tiempo en que el PAN se vanagloriaba de estar a la vanguardia de la democracia en México. Hoy, tristemente, se queda cada vez más atrás. Con un candidato único y un voto a favor de apenas 330 militantes, Germán Martínez Cázares ha alcanzado la presidencia nacional del PAN impulsado por el presidente de la República. Martínez manejará un presupuesto arrancado a los contribuyentes de más de mil millones de pesos al año y podrá nombrar o destituir a discreción a los líderes de las bancadas parlamentarias del PAN.

Página de internet: www.sergiosarmiento.com

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