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?Para que la cuña apriete??

José Juárez Medina

Pues no, al parecer el nuevo gobierno no tendrá que hincarse para pedirle a algunos funcionarios salientes de la secretaría de Hacienda que se queden para darle continuidad a la política fiscal, tal como lo expresara hace algunos meses el actual titular de esa dependencia, Francisco Gil Díaz, ante la proximidad del fin de su gestión, salvada por los altos precios del petróleo y las remesas, ya que la recaudación cayó en el sexenio, dicho sea de paso.

En efecto, con la designación de Agustín Carstens, educado en la Universidad de Chicago al igual que Gil Díaz, como coordinador del programa económico del presidente designado por el TEPJF parece conjurase esto que tanto preocupaba al todavía secretario. Veamos porqué.

El referido personaje ha participado en puestos de relevancia en las dependencias claves instrumentadoras de las celebres disciplina fiscal y monetaria: Banco de México y Secretaria de Hacienda. De hecho era subsecretario de Hacienda cuando salio a desempeñar un cargo importante nada menos que al Fondo Monetario Internacional, organismo que junto con el Banco Mundial, han venido presionando al gobierno mexicano a ser ?audaz? para llevar a cabo las tan llevadas y traídas ?reformas estructurales? que ahora sí, dicen los citados organismos, va a catapultar el crecimiento en México. Esto, desde luego, en la óptica del Consenso de Washington.

En tal condición, Carstens fue uno de los principales impulsores del IVA generalizado a 15 por ciento, particularmente a los libros, gravamen que defendió con peculiar afán. Sin mucho problema lo podríamos identificar como un tecnócrata pues. Este señalamiento no es un calificativo, ni especulación, ni mucho menos un prejuicio, es una conclusión derivada de su currículum, y todo apunta a que podría ser el próximo secretario de Hacienda.

Con este nombramiento, Felipe Calderón deja ver, en principio, que tiene una relación ambigua con esto de la continuidad, algo así como de amor y odio. Empezó muy convencido de ello, y por eso los poderes fácticos han sido y son sus principales apoyos. Sin embargo, los resultados electorales, le han dado un claro mensaje de que la continuidad, de la que él está convencido, no puede mantenerse y por eso su discurso ahora trata de desmarcarse de ella, adoptando poses como la de ?rebasar por la izquierda? y haciendo suyo el discurso contra la pobreza. En fin, los hechos son los que hablarán por si solos.

Sin duda alguna el señor Carstens sabe mucho de finanzas, y en razón de ello ha ocupado puestos clave en la ortodoxia financiera dominante y por eso tiene buena acogida, sobre todo por parte de los financieros. Pero una política económica como la que se requiere actualmente en México va mucho, pero mucho más allá, del manejo de los equilibrios macrofinancieros que, como están las cosas, no requiere más que darle mantenimiento y un poco menos de talento, que es el que se requiere para imaginar y pensar más allá de la sabiduría convencional, sin dogmas, con sentido práctico y con humildad, algo de lo que viene careciendo el gabinete económico desde hace un buen tiempo.

En fin, los hechos son los que mandan, pero a nadie se le puede negar audiencia para una declaración, por más que éstas estén muy trilladas. Y bueno, pues el señor Carstens dice que el Consenso de Washington ya no se toma como referencia, y que se debe actuar con sentido práctico y no con dogmas. ¡Ver para creer!

Pero además, agrega, no hay que confundir los esfuerzos para preservar la estabilidad económica con una falta de deseo y vocación hacia el crecimiento. Precisamente eso es lo que los economistas críticos vienen señalando desde hace años, cuando Carstens ya era subsecretario de Hacienda. Dice también que la agenda económica del próximo gobierno debe pasar por un combate de la pobreza y un mejoramiento social de la población, pero manteniendo la estabilidad macroeconómica.

Pues así están las declaraciones con el muy probable secretario de Hacienda, dependencia a la que por cierto, si se está hablando en serio en dejar atrás el dogmatismo, debe despojársele de esas atribuciones que le dan preeminencia sobre el resto de las secretarias del ejecutivo, lo cual debe reflejarse en un enfoque más integral de política económica, en donde la política social, de promoción de la infraestructura productiva y de la ciencia y la tecnología y el empleo, no deben estar subordinadas al punto de vista de la mencionada dependencia. En todo caso, todas las partes deben de participar en condiciones de igualdad en la mesa de negociaciones presupuestarias. Sería un primer paso serio de que están dispuestos a despojarse del dogmatismo financiero. ¿Lo darán?

Pues parece que Felipe Calderón no está perfilando bien su auto para rebasar por la izquierda, o quizá del lado derecho podrían estar apretando para no verse rebasados. Hay tareas.

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