Hace aproximadamente 21 años cuando teníamos la clínica en la calle Sertoma esquina con bulevar Independencia (en donde están las palmas altas), un matrimonio que para esos entonces rondaría los 40 años de edad y que vivía a una cuadra de la placita Madero, nos llevó a consulta a un perrito criollo de aproximadamente seis meses de edad con síntomas progresivos de parálisis. Después de darle tratamiento y terapia física por aproximadamente 20 días, el perrito lejos de mostrar mejoría empeoró físicamente, no así su ánimo, su apetito o sus ganas de vivir.
En la próxima consulta, la dueña del perrito me decía qué otra cosa podríamos hacer ya que las radiografías que tomamos no mostraban algún daño evidente, ni ?el negrito? se queja o presentaba dolor en alguna parte del cuerpo, además mi esposo ya no quiere traerme, es que a él no le gustan mucho los perros y a regañadientes me trae, me decía.
Yo salí a donde estaba su esposo y le expliqué la condición y las probabilidades de éxito en el tratamiento si seguíamos adelante, a lo que el esposo de aspecto fuerte y muy recio en su forma de expresarse me dijo su punto de vista: ?doctor, por mí duerma al negrito, ya mi vieja no duerme por estarlo cambiando de posición y dándole los masajes que usted le recomendó y las pastillas cada tantas horas, yo creo que lo mejor es ponerlo a dormir, ¿o usted qué piensa??. Yo analizando todos los hechos estuve de acuerdo con el señor, pero la señora dijo: ?eso sí que no, al fin y al cabo ustedes no lo batallan y el negrito no se queja de dolor y mueve sus orejitas, mejor aunque mínimas las posibilidades yo decido seguir adelante?, a lo que su esposo contestó, pues seguirás tú vieja porque yo ya me cansé de traerte con tu perro a la terapia. La señora volviéndose conmigo me dijo: ?a lo mejor ya no vuelvo porque mi perro está muy pesado, pero le voy a segur haciendo la lucha en mi casa?, a lo que yo conteste: ?mientras el negrito siga comiendo hay esperanza porque recuerde que en las personas como en los perritos la salud no tiene palabra de honor?.
Ya no volví a saber nada de la familia ni del negrito como por un mes y medio aproximadamente. Un buen día la señora se presenta en la clínica con el negrito caminando y muy contenta nos dijo: mire el amor hace milagros.
Hoy ya pasaron muchos años y de repente se presenta a la consulta la misma señora ahora con una perrita chihuahua que cojeaba, acompañada eso sí de su esposo. Después de saludarme y recordar tiempos pasados observé a la señora que ya usaba bastón, a lo que ella misma me dijo, mi perrita y yo estamos iguales, todas las cosas se parecen a su dueño. El esposo de la señora todavía de aspecto saludable y fuerte para su edad, me decía, fíjese lo que son las cosas doctor ya ahora hasta los perros me gustan y es que ya es la única compañía que tenemos. Volvieron en varias ocasiones hasta que la perrita se dio de alta.
Meses después me llevaron a una perrita chihuahua a consulta unas personas que yo no conocía, y después del interrogatorio de rutina sobre los síntomas de la enfermedad, me dijeron, mire mejor quédese con ella a observación y le decimos a la dueña que le llame, es que ella está fracturada de la pelvis ya hace varios meses, no pudo venir.
Mi sorpresa fue grande cuando la señora me llamó, era la misma persona dueña del negrito hace años y ahora propietaria de la perrita chihuahua que había consultado meses antes. Me dijo, doctor no pude ir porque estoy en cama, a lo que le contesté, pues mande a su esposo, me interrumpió y me dijo, mi esposo falleció de un infarto hace poco más de un mes, después yo caí en cama y no sé ahora qué voy a hacer, el único hijo que tengo casi no me visita y yo ya sin ninguna entrada de dinero, vieja y enferma en cama, estoy desesperada, y ahora que mi perrita enfermó mis vecinos se ofrecieron a llevarla con usted. Yo le dije, déjeme la perrita por unos días yo me encargo de ella hasta su reestablecimiento y usted no se preocupe siga siendo como es tenga fe en Dios que algo saldrá. No muy convencida de mis palabras me encargó a su perrita y se despidió, de esto ya pasó más de un año la perrita sigue llegando cuando lo necesita a consulta o a vacunación a través de diferentes vecinos de la señora que se ofrecen a traerla, pero sobre todo y principalmente se encargan de la atención de la señora, se turnan para acompañarla, para cuidarla, para darle de comer y todo lo que se ofrezca siempre de buena gana.
La última vez la señora me visitó en muletas con su perrita y acompañada de dos de sus vecinos. Le dije y le recalqué que le iba a recordar las palabras que muchos años atrás ella me había dicho y que probablemente ya se le habían olvidado: ?el amor hace milagros?, al ser usted cariñosa y entregada con sus vecinos ellos en reciprocidad están pendientes de usted, como si fueran hijos escogidos, a lo que ella me respondió, que yo tenía la razón, que ahora ella había vivido en carne propia aquello de que la fe es lo último que muere.
¿Dudas?
ADÓPTANOS
Sammy, Manola, y Chuchín
Domi Team:
Sammy: Soy un french enano, medio latoso, aprox. tres años, blanco, vacunado, esterilizado, me abandonaron dentro de una casa junto a otros cuatro canes más grandes que yo sin comida y agua, pero sobreviví porque soy muy macho, y además los vecinos nos rescataron. Ahora estoy listo para ser parte de tu equipo familiar.
Manola: Soy cruzita de french y maltés, hembra, aprox. diez meses, negra y gris, vacunada, y esterilizada, primero me compraron por simpática y chiquita y después me aventaron a la calle porque crecí y me volví traviesa (aún lo soy), pero con tus cuidados y amor me puedo controlar, invítame a ser parte de tu familia.
Chuchín:
Soy french y además estoy sordo, así que no puedo salir a la calle solo y sin mi cadena, espero seas tú quien me acompañe a pasear. Llegué flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones, pero ya estoy recuperado, aunque sigo sin oír nadita. Vacunado y esterilizado, macho, blanco, aprox. 2.5 años, invítame a tu casa.
No pierdas la oportunidad de tener a un integrante de la media cancha del equipo Domi. No esperes más, no lo pienses, no te arrepentirás, sólo tienes que llamar al 752-6470, o envíanos un correo a: [email protected], son gratis, sólo pedimos el compromiso moral de que serán bien cuidados y no regresarán a las calles, ayúdanos dándoles un hogar seguro a estos cuates, como ya lo han hecho las familias Hernández, y Ramírez quienes adoptaron a Chespiro, y Chanfle, mil gracias. Anímate, más fotos en:
http://groups.msn.com/RefugioLaCasadeDomiA-C-
Hasta la próxima, Domi.
