1.- El envejecimiento y la pérdida de la memoria no van de la mano, contrario a las creencias populares. La confusión crónica, la desorientación y la pérdida de autosuficiencia con frecuencia se asocian a algún desorden neurológico o psicológico específico. La memoria no es algo que simplemente tengamos. Es una capacidad que debe ser preservada y desarrollada, sin importar la edad. El primer paso es evitar en todo lo que sea posible, las cosas que debilitan nuestra memoria.
2.- Nuestra memoria se puede deteriorar por deficiencias de vitaminas B1 (tiamina), B3 (niacina) y B12 (cobalaminas). Los bebedores (de más de dos tragos al día) corren el riesgo de desarrollar el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un desorden neurológico caracterizado por pérdida parcial o total de la memoria a corto plazo, y el cual se asocia a un consumo inadecuado de tiamina. La gente anciana que consume menos de 1800 calorías al día puede sufrir trastornos de la memoria, al igual que los vegetarianos estrictos, que no toman carnes, pescado u otros productos animales.
3.- Las píldoras para dormir, los tranquilizantes y los antidepresivos pueden incapacitar la memoria seriamente. Si usted tiene que tomar por fuerza algún tratamiento con alguna de estas drogas, pregunte a su médico sobre la posibilidad de reducir dosis.
4.- Un efecto posible de la cirugía de revascularización es la pérdida de la memoria. Este deterioro parece ser una consecuencia de un flujo reducido de sangre al cerebro durante la cirugía. Los estudios muestran que los pacientes de “bypass” tienen una memoria más débil.
