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Balance de la agenda ambiental (II)

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

En el artículo anterior retomamos el tema del agua, el cual es visto como un factor apremiante que determinará el desarrollo presente y futuro de la Comarca Lagunera, el cual depende en el corto plazo resolver el desabasto que sufre la población y en el mediano la sobreexplotación del acuífero. Sobre el primero es posible se mitigue con la inversión que aplicará el gobierno federal y los gobiernos locales en la modernización de las redes de distribución de agua en los espacios urbanos y rurales, mientras que en el segundo como prioridad en la política hídrica regional que puede implicar el redimensionamiento del programa Agua Saludable.

El deterioro de las redes de distribución de agua potable es tal que se requerirán cuantiosas inversiones para rehabilitarlas o sustituirlas, su longitud es de varios miles de kilómetros y probablemente los fondos que se asignarán en los próximos años mejorarán solo una parte de ellas, permitiendo recuperar volúmenes que mitigarán el desabasto en tanto se disponen los posibles volúmenes de agua superficial que se extraerán del río Nazas, para ello va ser clave la cantidad de recursos que se apliquen y el tiempo en que lo hagan. Por lo pronto debemos esperar que cada temporada de calor en que aumenta la demanda de agua urbana emerja la inconformidad por el desabasto, y con ello la presión social hacia los gobiernos municipales y sus organismos operadores. Esperemos que en los siguientes tres años se reduzca la brecha hídrica en este ámbito aunque persistirá la contaminación que sufre el agua del subsuelo.

Si el próximo año se inicia la tecnificación de la infraestructura hidroagrícola podría haber volúmenes disponibles provenientes de los ahorros logrados en la conducción y distribución de agua en las redes hidráulicas del Distrito de Riego 017, así como en la aplicación con métodos de riego que incrementen la productividad de este recurso en los predios agrícolas. El aumento en las eficiencias técnicas y la aplicación de sistemas de medición confiables en los puntos de control, permitirá disponer de volúmenes que se utilizarían para el abasto urbano-doméstico, complementando las acciones de rehabilitación de las redes urbanas con la pretensión de tener una oferta que satisfaga la demanda actual.

Esperemos que una parte de estos volúmenes recuperados se contemple aplicarlos en la recuperación del Acuífero Principal. En tanto, sería recomendable se elaborarán los estudios geohidrológicos sobre el estado de este cuerpo de agua dulce que permitan diseñar una estrategia factible de recarga del acuífero. Con base a opiniones de expertos que algunos laguneros compartimos, esta podría ser la oportunidad de recuperar el Río Urbano, la forma en que se ha denominado la posibilidad de que el Nazas vuelva a fluir por el cauce que atraviesa la zona metropolitana.

Disponer de aguas superficiales obtenidas de la reducción de las pérdidas existentes en el Distrito de Riego no será un asunto fácil, en este sector existen temas que resolver como el diseño mismo de la tecnificación que tendría que apoyarse en un padrón confiable de los usuarios que tienen los derechos individuales. La fragmentación que ocurre en los ejidos donde se ubican la mayor parte de esos derechos y la concentración de los mismos entre algunos de ellos o los empresarios agrícolas, producto de las transmisiones que se vienen dando desde hace tres décadas, plantea un problema que tiene que ver con la debida aplicación de los fondos públicos asignados a esta cuestión, algo que ya provocó una reacción entre los directivos de las asociaciones de usuarios de estos volúmenes de agua, quienes no comparten la idea del gobierno federal de que los recursos públicos lleguen directamente a los beneficiarios y no a través de ellos.

El gran reto es cómo entrarle a la recuperación del Acuífero Principal. Contener su sobreexplotación es fundamental en la resolución de la problemática hídrica regional y requiere de una estrategia que no solo involucra al gobierno federal, ineludiblemente debe considerar a los usuarios de aguas subterráneas, particularmente a aquellos que concentran la mayor parte de las concesiones y volúmenes, puesto que ellos tienen el agua y la falta de regulación oficial en las extracciones constituye la anomalía que ha derivado en los problemas de desabasto y contaminación que ha afectado a la población.

Después de todo este debate público que ha generado el programa gubernamental Agua Saludable y las controversias derivadas de los posibles impactos ambientales y afectaciones sociales en el último tramo vivo del río Nazas, es necesario que se tomen las decisiones pertinentes sobre la aplicación de los fondos públicos asignados y el próximo año se implementen las acciones con las que se busca empezar a resolver la problemática hídrica regional.

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