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Las calumnias de AMLO al CIDE

JOSÉ ANTONIO CRESPO

López Obrador se ha acostumbrado a mentir y calumniar a quienes no se le someten por completo. Una que ha fabricado para el CIDE (y la comunidad universitaria en general), es la de haber callado sobre los múltiples atropellos, abusos, corrupciones, impunidades, fraudes y demás trapacerías durante el neoliberalismo. Nada más falso. La enorme producción de tales instituciones se concentraba justo en esos temas con datos, críticas y propuestas. Hace días Mauricio Merino presentó en Guadalajara la gran producción sobre transparencia y corrupción que realizó con su equipo todos estos años en el CIDE. Yo ahora me concentraré en la parte que me toca, partidos y elecciones, en 25 libros y cerca de cien artículos académicos.

En Urnas de Pandora (1995) inicié con el fraude monumental de 1988 (cuyo operador es hoy adalid de la "4 T"). Critiqué el fraude al PRD en Michoacán en 1989, el de Guanajuato al PAN y de San Luis al PAN-PRD en 1991, y de nuevo el de Michoacán en 1992 al PRD.

En Jaque al rey sugerí que Ernesto Zedillo, ante lo ocurrido en 1994, daría paso a una genuina democratización. Y en efecto aceptó triunfos opositores en varios estados, así como la autonomía al IFE en 1996, además de la derrota en el DF y la pérdida de la mayoría absoluta del PRI en 1997. Ahí terminó la hegemonía priísta. Le critiqué, eso sí, el Fobaproa, pero también celebré su disposición a aceptar la alternancia en 2000, primera de nuestra historia. En ¿Tiene futuro el PRI? (1998), adelanté la derrota de ese partido a partir de la tendencia electoral, la nueva autonomía del IFE y los grandes abusos históricos de ese partido.

A Fox lo apoyé en su campaña, pero pronto critiqué sus incumplimientos. Ofreció castigar la corrupción del PRI y no lo hizo, sino que pactó con ese partido esperando le apoyara sus reformas económicas (lo que no ocurrió). Critiqué los privilegios a los hijos de Martha Sahagún. También le cuestioné el "desafuero" (lo que AMLO me agradeció personalmente). En Hablan las Actas, (2008) critiqué la falta de transparencia en 2006 y demostré con actas oficiales que los errores aritméticos superaban los votos con que oficialmente ganaba Calderón, lo cual se traduce en incertidumbre. No se puede saber quién ganó.

A Calderón le cuestioné desde el principio su estrategia contra el narcotráfico por considerarla precipitada, falta de planeación, sin preparación adecuada para una dura guerra, y oír a los expertos. Anticipé que los aplausos iniciales de esa estrategia terminarían volcándose en su contra. De Enrique Peña Nieto, había mucho que cuestionar desde el principio: su frivolidad, actos de corrupción documentados en el Estado de México siendo gobernador, la tarjeta Monex que le ayudó a su triunfo (aunque la distancia con AMLO fue de siete puntos), y por supuesto la gran corrupción que permitió en su gobierno y el de los gobernadores del PRI. Lo mismo con la Casa Blanca y la forma en que manejó lo de Iguala.

¿Eso es apoyar el neoliberalismo y callar sobre trampas y fraudes en esos gobiernos? Más bien se ve a leguas que AMLO ignora la producción del CIDE (y probablemente la de otras instituciones). Él estaba ocupado recorriendo el país, municipio por municipio, sembrando demagogia (eso sí, de manera muy eficaz). Pero, ¿de dónde saca ahora que el CIDE calló ante los abusos del neoliberalismo? Una calumnia más para justificar el atropello, "haiga sido como haiga sido".

@JACrespo1

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Escrito en: Editorial José Antonio Crespo

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