
Mecánico se viste de 'la monja' y acapara la atención de los maderenses
La necesidad lo obligó a salir “tomar” las calles como lugar de trabajo, pues cuenta que, perdió su trabajo como mecánico, debido a que se encargó del cuidado de su hijo, en el hospital, debido a que nació prematuro, por lo que permaneció en incubadora por un buen tiempo.
Se trata de Carlos Jesús Zamarrón, quien con la caracterización similar a la “Monja de la Feria”, desde hace tres semanas ofrece un breve espectáculo, a cambio de unas monedas, en Francisco I. Madero, en el bulevar que lleva el mismo nombre, justo en el crucero donde se encuentra a la altura de una empresa refresquera.
Para lo automovilistas es algo inusual, pues generalmente en los cruceros de la ciudad los toman como espacios de trabajo los limpiaparabrisas, vendedores, incluso algunos que apoyados con una bocina cantan, pero Carlos además del disfraz, con una escalera realiza una rutina de malabares, utiliza también una bocina en donde pone música “pegajosa”, por lo que es justamente ese ingrediente que le imprime, es por lo que ha tenido muy buena aceptación y le va bien con las propinas, incluso le toman vídeos para subirlo a las redes sociales.
“Desde hace dos semanas que llegué aquí, la gente me ha recibido bien, están asombrados por lo que hago y si están cooperando, hasta aprovechar y me están grabando y lo suben a la red, ya me hicieron famoso aquí en Madero y San Pedro, por que llegué a trabajar primero allá y también me fue muy bien”.
Dice que es originario de Puerto Palomas, Chihuahua, pero, luego se estableció en Ciudad Juárez, donde pasó la mayor parte de su juventud y por cuestiones de trabajo, terminó en Pénjamo, Guanajuato, donde desarrolló varios oficios, como cocinero y mecánico y fue ahí donde conoció a la mamá de su hijo, pero por las complicaciones que hubo en el nacimiento, los mandaron a un hospital de León, aunque prefiere no dar muchos detalles, solo se limita a compartir que a él le tocó cuidar a su hijo, alojándose en un albergue, pero se quedó sin trabajo, mientras seguían corriendo los gastos, no tuvo más opción más que tomar una franela y empezar a limpiar vidrios de los coches, en los ratos en que se podía.
Platica que empezó a trabajar en los cruceros hace 18 años y fue justo como limpiaparabrisas que observó a un payaso que con unas pelotas que hacía una rutina y como vio que le generaba buenas propinas, dice que se puso a practicar y “se aferró, se aferró” hasta que logró dominar los malabares, aunado a que dice que de joven era muy bueno para bailar break dance y luego aprendió rap, lo que le facilitó a “armar” un buen número.
Carlos platica que, ha tenido la oportunidad de trabajar casi en toda la República, con distintos personajes, pero interpretando a la monja tiene alrededor de 3 meses. Antes de llegar a San Pedro, estuvo una temporada Allende, en el área de los Manantiales, en donde la gente lo recibió muy bien, pero donde tuvo algunos problemas fue en Piedras Negras, ya que los inspectores municipales no le permitieron trabajar, pues llegaban y retiraba a la gente de los cruceros.
Todavía no sabe cuál será su siguiente destino para trabajar, por lo pronto reitera que en Madero le está yendo bien, aunque tampoco ha decidido cuanto tiempo permanecerá en esa ciudad.