Justo hace una semana abordamos una nota del Gobierno Federal que sorprendió a nuestro país al menos por cuanto brindaba algo tan nuevo como bueno , que en este caso fue el anuncio oficial de que se acababa de rescatar una valiosísima carta de Hernán Cortés que había sido robada con total impunidad de la Colección que lleva su nombre en el recinto del Archivo General de la Nación.
Aunque esta pieza de valor histórico es solo parte de una de las 14 cartas que fueron sustraídas hace casi 40 años (mismas que ya se encuentran en camino de ser repatriadas también), hay que reconocer que este logro fue realizado no por instancias mexicanas ni por una constante búsqueda de años por parte de nuestras autoridades sino por iniciativa del famoso Buró Federal de Investigaciones (FBI) cuya operación fue encabezada por una profesional en la materia, como lo es la Agente Especial Jessica Dittmer.
En lo que respecta a la importancia del citado documento firmado por el gran Conquistador extremeño, cuyo rescate se debió por cortesía de la Subdivisión de Crímenes de Arte (Art Crime Team), esta radica en que nos presenta una faceta tan poco conocida como importante respecto a la figura del Padre del Mestizaje, debido en buena medida al enorme telón de oscuridad que la Historiografía Oficial, a partir del régimen cardenista, ha arrojado sobre este personaje ya sea para denigrarlo o para ocultarlo de la memoria del mexicano promedio.
Más allá de lo que se ha sembrado en el imaginario popular desde el siglo pasado poco se habla de quien derrotara al temible Imperio azteca auxiliado por más de 120,000 indígenas, lo que le valdría a la postre por su heroísmo el título nobiliario de Marqués del Valle de Oaxaca y el rango de Capitán General de México, aunque no el cargo de Virrey que de algún modo-no otorgado por intrigas palaciegas-era lo que más solicitaba para emprender nuevas fundaciones y expansiones más allá del reducido territorio del valle del Anáhuac.
La carta en cuestión es sumamente reveladora del carácter emprendedor de su autor quien no conforme con emprender expediciones desde las Hibueras en Centroamérica hasta las Californias buscaba también una ruta para llegar a las Indias Orientales, particularmente a las denominadas islas Molucas en la actual Indonesia para emprender negocio propio que consistía nada menos que en la importación de especias y telas finas que por desgracia habían quedado practicamente vedadas en cuanto a su acceso tras la invasión y caída de Constantinopla por parte de los otomanos.
El hecho de que para el año de 1527 Cortés hable de realizar un nuevo viaje para habilitar barcos que el denomina como Armada a su administrador Nicolás de Palacios, a quien comisiona la entrega de de 60 pesos de oro de la época para este fin en particular, nos demuestra como existía la intención de importar todos aquellos bienes y especias traídos desde el otro extremo del Océano Pacífico no solo para remitirlos de manera directa y exclusiva a la Corte del Emperador Carlos V o a la Madre Patria sino por el contrario; permite entrever junto con este y otros documentos que el propósito de encabezar esta expedición en particular tenía otra finalidad de más largo alcance como lo era el importar aquellas especias, semillas y bienes para que que fueran sembrados en suelo americano de tal modo que produjeran frutos en corto plazo, convirtiendo a la Nueva España en un sitio en el cual desarrollar nada menos que un nuevo nicho de oportunidades comerciales que la consolidarían incluso como una gran potencia a futuro, más allá de la extracción de oro y plata que solía ser el principal motor expansionista para los demás reinos del Viejo Mundo.
De aquí que la importancia de este rescate resulta no solo revelador en términos de emprendimiento personal sino también por cuanto nos muestra a un personaje dotado de una gran visión: algo que seguiríamos ignorando de haber permanecido dicho documento robado o ignorado incluso debido al nulo interés por parte de quienes como custodios de dichos bienes-que son patrimonio de todos los mexicanos-tuvieron en su momento.