En el mundo feliz de continuos logros que a diario la señora Presidenta Sheinbaum nos propone, habrá que entender todo en un sentido contrario, es decir al revés. Como cuando nos dice que el Estado no espía, y en la realidad se acaban de aprobar nuevas leyes que sólo tratan precisamente de espiar hasta al último mexicano. Así todo se explica. En asuntos internacionales por ejemplo, las promesas de paz entre Israel y Gaza o entre Rusia y Ucrania, son meros pretextos para preparar la siguiente agresión, en México cada declaración favorable es un nuevo paso para dilatar soluciones .
Más vale ver con realismo la crítica situación en que nos encontramos en prácticamente todos los índices que están en plena caída para que, conscientes de ello, se deben encontrar remedios en lugar de dar explicaciones o señalar a culpables. Las complicaciones se han agravado en los últimos años debido a la gestión de López Obrador, que al corregir el capitalismo empresarial de Peña Nieto, dio el giro hacia el sentido contrario, hacia el estatismo tropical. A este efecto, Amlo se dedicó concienzudamente a desarmar la estructura que caracterizaba al odiado neoliberalismo ya que a lo largo del sexenio se dedicó a desarticularlo.
Los efectos para el grueso de la población fueron funestos al desmantelar instituciones de servicio que requerían perfeccionarse. Los efectos en lo social fueron devastadores al desaparecer los servicios de salud y educativos. La desarticulación de la seguridad pública, dejando en manos de las mafias trozos enteros del territorio nacional, dejando en el abandono amplias regiones al desorden y a la violencia. La distorsión de la estructura económica se agravó no sólo con las inversiones desproporcionadas en obras insignia que además drenaron fuentes financieras indispensables para los servicios sociales arriba mencionados.
En lo económico, por ejemplo, todo apunta a la baja de las corrientes comerciales y de inversión sin advertir que es éste precisamente el mejor momento para emprender la conquista de los mercados mundiales, empezando por el norteamericano y dejar a un lado las dudas que detienen la acción. El bajo nivel del consumo significa dejar de atender necesidades que lanzará un poderoso y renovado impulso al mercado animado que aprovecha precios deprimidos.
Hoy en día las olas de depresión actual de una economía nacional pueden ser utilizadas para ajustar el sistema a las nuevas circunstancias para purgarlo de defectos acumulados y hacerlos más ágiles para responder a retos nuevos como, por ejemplo, avances de la ciencia o cambios en las circunstancias sociales que plantea el crecimiento demográfico.
Este impulso requiere el respaldo de un sistema de educación popular y entrenamiento en oficios básicos para cada sector productivo completado con cuadros profesionales. Es urgente restablecer la capacidad de la sociedad mexicana de desarrollarse basándose en los recursos y fuerzas propias donde recurrir al financiamiento externo empresarial o institucional sin importar que resulte solo complementario.
El éxito de cualquier programa de recuperación para México supone la acertada orientación por parte del gobierno coordinándose con entidades privadas de todo tipo. Por otra parte, empresas, cooperativas, sociedades de productores o uniones de crédito, son indispensables para incluir a la totalidad de las necesidades de una sociedad compleja como la nuestra lo cual se obtendrá si el proceso de convenir en metas se diseña con intención incluyente. Sobran las experiencias negativas que cosechan los sistemas que no incorporan el respeto a las fuerzas privadas en sus estrategias. Ha pasado el prestigio de los Planes Nacionales para caer en burocratismos dispendiosos de recursos. Los consejos y foros de concordia requieren coincidencia de un concepto nacionalista. El gobierno de la señora Sheinbaum ha emprendido la ruta de una administración pública centralista que solo entiende la actividad del empresarial en términos de sumisión. Esta ideología de izquierda augura un choque eventual.
La gestión la señora presidente va agudizando los graves problemas que ella ha heredado, se equivoca, sin embargo, al creer que ignorar la existencia de éstos, afirmando soluciones que sólo existen en el bien intencionado discurso que hasta ahora no ha pasado de eso.