(CORTESÍA)
Tomó un vuelo desde la ciudad española de Valencia, luego cruzó el Atlántico hasta llegar a Lerdo, la tierra donde su abuelo, el piloto Francisco Sarabia, es leyenda. Marybel Sarabia Huidobro presentó una vez más su libro infantil Conquistador del cielo, un cómic que narra la gran proeza de quien conquistara el firmamento aquel 24 de mayo de 1939, tras volar desde Ciudad de México hasta el campo Floyd Bennett, en Nueva York, rompiendo la marca de velocidad tras volar en tan sólo 10 horas y 47 minutos.
La cita ocurrió el pasado sábado 7 de junio en el Museo Francisco Sarabia de Ciudad Jardín. Fue en punto de las 19:30 horas cuando Marybel Sarabia Huidobro observó el gran avión que piloteó su abuelo, su cuerpo de acero, sus grandes alas y la hélice que alguna vez cortó el aire en busca de aventuras.
"Me da mucha alegría verlo (al avión), que esté ahí y también pena, como nostalgia. Pero me hace sentir bien que él, por lo menos, tiene una casa, sobre todo en su tierra, en su ciudad y que hay niños que puedan irlo a admirar, y adultos para estudiarlo".
Esta presentación sucedió en el marco del aniversario luctuoso número 86 de Francisco Sarabia, quien falleció precisamente el 7 de junio de 1939, a los 38 años de edad. Su avión se desplomó en las aguas del río Potomac, tras despegar de Washington, en Estados Unidos, rumbo a Ciudad de México. Su cuerpo fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, en la capital del país.
"Él era un hombre súper emprendedor, un hombre de negocios. Si se fijaba hacer carreras de carros, él iba y se conseguía sus 'sponsors', gente que le ayudara. Pero es importante aquí para que la gente vea que si tú crees y puedes hacer algo, lo quieres con ganas y lo estudias, pues puedes llegar a serlo. Y lo más importante es eso, que los niños tengan alguien de quien sostenerse, pero más natural que un jugador de futbol, de una persona más real".
Como Ícaro, Francisco Sarabia se atrevió a volar por los cielos. En el cómic Conquistador del cielo, precisamente se narra la historia del piloto, pero dirigida hacia un público infantil. Fue un proyecto que la autora realizó durante la pandemia de COVID-19 y que creó a partir de textos y pequeñas ilustraciones.
"Es preservar la historia y que no se pierda el legado de personajes como él, de aquí, de Lerdo, y un héroe en México".
