Tramposo, mentiroso y electorero, Donald Trump utilizó falsos ejemplos extranjeros, entre ellos la Ciudad de México, para tratar de justificar su acometida contra la dominancia del Partido Demócrata en la ciudad de Washington, a donde decidió enviar centenares de elementos de la Guardia Nacional y otras fuerzas policiacas.
A pesar de las estadísticas que muestran una disminución muy notable de la criminalidad en la capital de Estados Unidos (la más baja en tres décadas), Trump ha tomado como bandera el episodio reprobable de un ingeniero de software, de 19 años de edad, Edward Coristine (un brillante programador que formó parte del equipo de Elon Musk en el Departamento de Eficiencia Gubernamental del segundo gobierno de Trump), que fue golpeado y herido en un intento de robo de automóvil.
En esencia, como ya lo ha hecho en otros reductos del Partido Demócrata, como California, y como sugiere que hará en otros lugares en una batida próxima, Trump busca desestabilizar, crear confusión, dividir y amagar para abrir paso a su presunta acción justiciera: descomponer para mostrar que él "hace mejor las cosas".
Es el modelo de acción violentadora que practica, con las variantes aplicables a cada caso, contra México como nación y en específico contra el proceso llamado 4T y su presidenta Claudia Sheinbaum. Poco importan, en esas deposiciones de Trump, la verdad y el derecho, instalado ya el mundo en la vorágine del pragmatismo fascistoide. Washington, proclamó Trump, ha sido "invadida por pandillas violentas, criminales sedientos de sangre, turbas de jóvenes salvajes, maniacos drogados y personas sin hogar".
La gobernadora de la Ciudad de México, Clara Brugada, aportó datos para "precisar" lo dicho por Trump: aseguró que la tasa de homicidios en la CDMX fue de 10 por cada 100 mil habitantes, contra 27 homicidios por cada 100 mil habitantes en Washington. Es decir, 60 por ciento menos, explicó la morenista.
En ese contexto de amagos y provocaciones, ayer se le preguntó a la presidenta Sheinbaum sobre las versiones de que drones de Estados Unidos vuelan en territorio mexicano, supuestamente para recopilar información relacionada con cárteles delictivos. La respuesta de la Presidenta fue un tanto enredada: "Y que, en todo caso, si hay un tema de una aeronave que se pide su apoyo para una cosa, se hace. No es de ahora, es algo que se hace de siempre, o se ha hecho; en condiciones muy especiales, no se hace siempre, lo dije mal, se ha hecho en algunas ocasiones para algún asunto particular".
En todo caso, reiteró que "jamás permitiríamos, jamás, que el ejército norteamericano o alguna otra institución de los Estados Unidos pisara territorio mexicano, nunca". Y recitó una estrofa del Himno Nacional, con un agregado de género: "...si osare un extraño enemigo/ profanar con su planta tu suelo/ piensa, ¡oh patria querida!, que el cielo/ un soldado -y una soldada- en cada hijo te dio".
En otro tema, hoy inicia una visita de inspección y diálogo de funcionarios federales del ámbito ambiental con comunidades de la Bahía de Ohuira, en Sinaloa, donde se está instalando a toda velocidad y sin contratiempos una planta productora de amoniaco que pone en riesgo ese lugar que debería ser preservado, por su biodiversidad reconocida en tratados internacionales, y por formar parte de la cultura indígena y el trabajo cotidiano de pescadores y pobladores de la zona.
La delegación está encabezada por Mariana Boy, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y Jaime Vázquez Bracho, titular de la Unidad Coordinadora de Proyectos Prioritarios, Vinculación Social y Derechos Humanos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Luego del reporte que hagan, se programará la visita de la secretaria Alicia Bárcena a la zona, para reunirse con las mismas comunidades afectadas por el corredor industrial que se está instalando en esa bahía. ¡Hasta mañana!