
Maestra. Martha Eugenia Chávez fue madre a los 30 años de edad y supo combinar su maternidad con el teatro.
Ha dejado el café humeante en la mesa para buscar fotografías donde aparezca junto a su hijo. La artista escénica Martha Eugenia Chávez demora tan sólo unos minutos y sale de la habitación con un grupo de portarretratos. Tiene la sonrisa escrita en el rostro; son todos sus recuerdos. En el marco del 10 de mayo abre el libreto de su vida para compartir su experiencia como madre. Tercera llamada. Las palabras levantan el telón ante el comedor ahora convertido en escenario de un relato.
Durante su juventud nunca pensó en ser madre. Al llamado del teatro se envolvió en la dramaturgia y la actuación. Luego dejó Torreón para trasladarse a Ciudad de México. Allá estudió en la Casa del Teatro, una escuela de arte dramático donde absorbió conocimientos y perfeccionó técnicas. Hasta que la próxima llegada a los 30 años le hizo cuestionarse la maternidad.
"Si a los 30 no tenía hijos, ya no iba a tener jamás. Así fue como apareció esa espina, esas ganas de ser mamá".
En ese momento, Martha Eugenia Chávez ya tenía una relación de pareja con el músico Armando "Cuty" Martínez. Él viajaba con frecuencia de Torreón a Ciudad de México tan sólo para verla. El amor entre ellos se solidificó cada vez más. Y un día, precisamente a sus 30 años, en febrero de 2004, Martha comenzó a sentir mareos, náuseas, algo pasaba en su cuerpo. Así que decidió hacerse una prueba de embarazo, esperó viendo a la aguja del reloj caer en cámara lenta y el resultado salió positivo.
"Todo el embarazo lo pasé en Ciudad de México. Estaba estudiando todavía. Con el embarazo, sola, fue complicado. Fue un embarazo de riesgo. Entonces, dejé de hacer mucha actividad física. Toda la parte física de la escuela no la hice. La escuela entendió la situación. Y buscamos alternativas para poder evaluar los procesos de esas materias".
Martha recuerda el amor que le profesaron sus amigos de la escuela. La cuidaban, pues los cuatro primeros meses fueron complicados. "Me la pasaba vomitando", dice. Luego ríe al compartir que sus compañeros aseguraban que tendría una niña. Ella los secundaba y decía que sí, que se llamaría Victoria. Pero el destino nolo creyó así y preparó otra jugada.
"Mi panza era un miembro más del grupo. Había muchos juegos en relación con mi embarazo. Cuando sabemos que va a ser niño, me dice Cuty: 'Pues ahora me toca decidir el nombre'. Me dijo que le quería poner José María. Y yo: '¡Ay, no! No se va a llamar José María, ¡le van a decir Chemita! No, no quiero ese nombre'. Entonces le dije que se llamaría Eugenio".
UNA INFANCIA EN EL TEATRO
Eugenio Martínez Chávez nació en Torreón, el 19 de octubre de 2004. Martha había dejado Ciudad de México para pasar los últimos tres meses del embarazo en La Laguna. Indudablemente, la llegada de su hijo le cambió la vida. En ese momento no pudo terminar el último año de su escuela. Dejó los estudios y el teatro durante un año y medio; sólo se dedicó a maternar en un invierno hostil.
"Fue muy frío. Me la pasé encerrada en casa con mi bebé, viendo películas".
Pero el llamado del teatro es latente, emite ecos al interior de todo artista, incluso si se está alejado del escenario. Eso le sucedió a Martha, quien con todo y su hijo volvió al arte escénico dos años después de dar a luz. Eugenio la acompañó en montajes, ensayos e incluso en audiciones.
Era momento de volver bajo la tramoya. Junto a Alberto Domínguez, montó la obra Canek: leyenda e historia de un héroe maya', de Perla Szuchmacher. Se trató de un proyecto de teatro infantil que le sirvió para retomar su ente actoral. Celebra que tanto su pareja como su madre resultaron de gran ayuda para que eso fuese posible.
"Cuando mis compañeros se graduaron en 2005, fui a verlos a su titulación y llevé a mi chiquillo. Fui a ver su montaje 'Extrañamientos del mundo' que dirigió Luis de Tavira. Me dio muchísimo gusto verlos".
MATERNIDAD, UN RETO
"Veo con mis colegas mujeres que han decidido ser madres, que precisamente, para integrar la maternidad con su profesión, inician exploraciones en el teatro dirigido a las infancias. Eso me pasó a mí. Por eso hice lo de Canek. Hay un periodo de mi trayectoria donde hay teatro para primeras infancias. El teatro es bien noble en ese sentido; puedes explorar todas las posibilidades a partir de lo que estás viviendo.
Hoy en día, su Eugenio tiene 20 años y próximamente se mudará a ciudad de México, donde estudiará en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Martha tendrá que separarse de su hijo, cuya relación tomó otro giro luego de que Armando "Cuty" Martínez falleciera en septiembre de 2023. Ante la ausencia del músico, ambos se han tenido el uno al otro y acompañado todo el tiempo durante los últimos dos años.
"Antes había una preocupación porque estaba pequeño y por los cuidados que debe tener un niño, un bebé. Y ahora, con otro tipo de preocupaciones, igual hay una conexión hacia el hijo adulto. No las del bebé, pero sí las del hijo que se va".
¿Ser madre es lo mejor que le ha pasado la vida? Martha responde que sí, sin titubear. La razón se presenta en todos los retos que la maternidad le ha generado y en la posibilidad de tener a una persona como su hijo al lado.
"Haber tenido a Eugenio ha sido una de las cosas más importantes".