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SU SALUD ORAL

PADECIMIENTOS ADULTOS MAYORES (III)

El tema que nos compete es el atragantamiento. Los dos artículos anteriores se escribieron sobre adultos mayores, pero esto es muy común en "todas las personas", por lo cual debemos tener mucho cuidado y estar siempre alertas. Lo he presenciado: diversas situaciones, las personas nos atragantamos con nuestra propia saliva, por estar comiendo y platicando o riendo sin poner atención a nuestros alimentos, por introducir bocados muy grandes, por prisa, por hambre; también el agua es peligrosa. Las personas que están al lado del atragantado reaccionan muy diferente: algunas enojadas, "¿qué te pasa?", otras ni cuenta se dan, otras esperan a ver si ya pasó el susto, y en más de una ocasión, mientras investigas, la persona se puede morir.

Es muy aconsejable que se tomen clases de primeros auxilios o de RCP (resucitación cardiopulmonar), ya sea en la Cruz Roja; es importante que los restaurantes, colegios y oficinas grandes puedan tener servicio de este tipo.

Así pues, debemos conocer una serie de consejos para determinar qué tipo de atragantamiento está sufriendo nuestro ser querido, y saber si debemos realizar alguna acción que pueda ayudarle, o si no debemos actuar.

En el caso de que veamos que una persona -incluyendo las personas mayores y los niños- está experimentando un atragantamiento, debemos tener una serie de precauciones. Lo primero que debemos saber es que el hecho de golpear la espalda -acción que probablemente salga de manera instintiva- no es lo adecuado (lo cual observamos en la mayoría de las veces), ya que incluso podemos generar un empeoramiento en la obstrucción de las vías aéreas. Otra cosa que no debemos hacer es intentar extraer de la boca el elemento extraño que está causando el atragantamiento.

Cuando presenciamos un atragantamiento, lo primero es animar al que lo está sufriendo a que tosa de forma insistente y repetida. Si el problema sigue persistiendo y la persona sigue tosiendo, y su piel se empieza a poner de color azulado, deberemos llamar inmediatamente a emergencias. Mientras esperamos a que lleguen las asistencias sanitarias, la única actuación que podemos realizar para intentar desobstruir las vías respiratorias es la maniobra de Heimlich, que a continuación vamos a explicar cómo realizarla.

Paso 1: Ponte detrás de la persona que está sufriendo el atragantamiento y rodéala con tus brazos a la altura de la cintura.

Paso 2: Coloca el puño por el lado del pulgar, encima del ombligo, a no ser que la víctima sea una mujer embarazada o una persona obesa; en ese caso lo colocaremos en el tercio inferior del esternón.

Paso 3: Sujeta el puño con la otra mano y realiza compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro, impulsando de forma brusca el aire hacia arriba e intentando que la víctima expulse el cuerpo que está provocando el atragantamiento. Realiza compresiones hasta la expulsión del objeto obstructor.

Paso 4: Si la víctima pierde el conocimiento, déjala en el suelo y comprueba si sigue teniendo respiración. En caso afirmativo, colócala de costado y sigue vigilándola; en el caso de que no respire, comienza con las maniobras de reanimación.

Si te encuentras solo y sufres un atragantamiento, te puedes ayudar colocando una silla y presionando con ella como lo explicamos arriba.

Recuerda: si vas a apoyar, no pidas permiso, actúa con buen ánimo, transmite tranquilidad, optimismo, con paciencia y serenidad. (Sé que es difícil por el momento que se está experimentando).

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Escrito en: Columnas editorial

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