Antier la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió a los migrantes trabajadores frente al subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau. El alegato sucedió en la reunión que sostuvo Sheinbaum el miércoles en Palacio Nacional con una delegación diplomática encabezada por Landau y el embajador estadounidense, Ronald Johnson. Allí, la mandataria expresó a los representantes de Donald Trump, sus preocupaciones por las agresivas redadas contra los migrantes latinos, y especialmente los mexicanos. "Hablamos de la defensa de nuestros hermanos migrantes, de que no estábamos de acuerdo en que se utilizaran las redadas para detener a personas que trabajan honestamente en Estados Unidos, que eso iba a dañar no solamente a las personas, sino a la propia economía de Estados Unidos".
Este posicionamiento no es solo un hecho diplomático, es también un reflejo de la profunda relación entre ambos países, especialmente en lo que respecta a la migración y sus efectos económicos. Las remesas enviadas por los mexicanos que viven en Estados Unidos constituyen una fuente vital de ingresos para millones de hogares en México. En 2024, estas remesas alcanzaron los 67,600 millones de dólares, representando aproximadamente el 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Esta cifra no solo demuestra la magnitud del fenómeno migratorio, sino también su impacto directo en la estabilidad económica de México.
El PIB per cápita, otro indicador clave, también refleja esta dinámica. En 2024, el PIB per cápita de México fue de aproximadamente 192,311 pesos, lo que equivale a unos 11,000 dólares estadounidenses. Aunque esta cifra ha mostrado una tendencia ascendente en los últimos años, sigue siendo modesta en comparación con economías más desarrolladas. Las remesas, en este contexto, funcionan como un amortiguador económico que mejora el nivel de vida de muchas familias, especialmente en regiones con más pobreza.
Por ello, las redadas migratorias representan también un riesgo económico. Al detener y deportar a trabajadores mexicanos, se interrumpe el flujo de remesas y se debilita el tejido económico mexicano, mientras que, en los Estados Unidos, la ausencia de migrantes significa disminución de oferta de mano de obra barata, lo que significa naturalmente un incremento en el precio de la misma en muchas áreas económicas, principalmente en el sector primario de la economía y en servicios, lo que redunda inexorablemente en inflación, con todas sus consecuencias.
La presidenta Sheinbaum, al rechazar públicamente estas medidas, no solo trata de defender a los migrantes, sino que también protege una de las arterias económicas más importantes de México.
¿Es realmente posible que estas redadas expulsen masivamente a migrantes de los Estados Unidos y con ello las remesas bajen significativamente? En mi opinión no. Donald Trump es un astuto populista que sabe engañar y controlar las grandes masas clasemedieras ignorantes de su país con el tema de los migrantes, y usa para sus fines este asunto según sus conveniencias mediáticas particularmente.
Es imposible echar a 11 millones de personas que mayormente viven ya engranadas en el ciclo económico norteamericano, pero esos videos y fotos con autos quemándose bajo los pies de un manifestante ondeando una bandera mexicana les es de gran ayuda para su administración de contentillo.
A la presidenta le suma en su capital político la defensa de nuestros connacionales y aunque es imposible que en su mandato se corrijan debilidades estructurales de nuestra economía, debería si realmente le interesase trascender en la historia además de ser la primera mujer en ocupar la titularidad del poder ejecutivo, aquella que redefinió el rumbo económico de México alentando la inversión productiva con políticas sostenibles social y ambientalmente hablando, y no como aquella que terminaría siendo la simple extensión de los designios del expresidente que dice morar en Palenque, Chiapas.