Luego de la pausa del Juego de las Estrellas, que resultó un tanto accidentado por la lluvia y por cuestiones sucedidas con representantes de la prensa, arranca la recta final de la temporada 2025 en la Liga Mexicana de Beisbol, en la que cada día hay que revisar el standing, sobre todo en una lucha tan cerrada como la que se está dando en la Zona Norte. Y si hay dudas de que entramos en la recta final, basta echar un vistazo al calendario para darnos cuenta de que solamente quedan cinco series por disputarse en el Estadio de la Revolución, contando la que se juega este fin de semana, ante los Saraperos de Saltillo.
Muchas veces, la situación que actualmente encontramos fue a la inversa, es decir, con Laguna peleando por meterse a zona de playoffs, mientras Saltillo estaba en la parte alta del standing, pero hoy los papeles han cambiado y será muy interesante ver los resultados que arrojan los juegos del fin de semana, esperando, primero, que la lluvia no llegue a presentarse, como lo apuntan algunos pronósticos. El beisbol es de verdad un deporte complejo, y en el terreno profesional es, además, un campo minado, en el que Unión Laguna ha caminado en este 2025, cayendo en algunas detonaciones, por el propio riesgo que implica transitar este camino.
Han sido más lesiones de las habituales, las que ha tenido que sortear el equipo Guinda, y ahora se han sumado los llamados de Estados Unidos, con los casos de Matt Foster e Isan Díaz, dos peloteros que, obviamente, estaban haciendo un muy buen trabajo en beneficio de los Algodoneros, y que recibieron el llamado del vecino país, para buscar nuevamente escalar hacia las Ligas Mayores. Para cualquier equipo de Liga Mexicana, es simplemente imposible competir con una oferta de las organizaciones estadounidenses, no solamente por la diferencia en salarios, sino por algo más importante: la oportunidad de alcanzar la Gran Carpa, que es el sueño de todo pelotero profesional.
Con esas vicisitudes tiene que lidiar la directiva Guinda, en conjunto con el cuerpo técnico encabezado por José Molina, que además, mantienen viva la llama de la esperanza de calificar a playoffs y entonces trascender en esta temporada del centenario de la LMB. Lo más sencillo sería ponerse a llorar y lamentar la situación, pero esa no es una opción, lo que corresponde a la directiva Guinda es buscar la manera de llenar esos huecos, con la urgencia de que debe ser en breve, pues está cerca la fecha límite de cambios y firmas en la liga, algo que dinamita más el camino, pero de ninguna manera es un pretexto para no caminarlo.
El beisbol en el campo se juega sin reloj, pero en la oficina sí existen esos límites y hoy la directiva Guinda requiere caminar hacia adelante en un trayecto que comenzó desde meses atrás, y en el que no existe la opción de meter reversa; es afrontar el reto, con todas sus dificultades, sí o sí, puede ser cruel este juego, pero no hay otra opción. Ya se dio un movimiento en la llegada de Mark Payton, estaban por anunciarse otras dos llegadas, pero ahora incluso podrían ser más, y en esos casos, como ya he dicho en esta misma columna, deben llegar a sumar, a aportar, no solamente a rellenar lugares en el roster.
Esperemos que la lluvia no nos eche a perder la fiesta del beisbol en el Estadio de la Revolución y en las diferentes ligas que tenemos en la región, pues algunas de ellas ya están en sus momentos culminantes, como el caso de la Liga Juvenil Sinergia, que disputa su serie final, y otras tantas que están por definir a sus protagonistas a playoffs. Que llueva, sí, encantados, lo necesitamos, amamos que llueva en nuestra región, pero que nos deje jugar, no es mucho pedir, creo. Excelente fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.