Lo sucedido el pasado martes en el Estadio Panamericano de Zapopan es algo que se ve muy de vez en cuando; Charros de Jalisco llegó a la octava entrada con ventaja de 2 carreras a 0 y un cuadrangular de Mark Payton empató la pizarra; con algunos problemas Fernando Abad colgó el cero en la octava entrada, y en la parte alta de la novena sucedió lo que dio rumbo definitivo a este espectacular juego, cuando Brian O’Grady se fue con todo de tercera al pentágono en un batazo de foul de Julián Escobedo, el cual Drew Stanckiewicz atrapó de aire a la altura de la tercera base, pero al perder la vertical, el corredor llegó a la registradora. ¿Hizo bien o hizo mal el antesalista tapatío? José Offerman ya empezó a recibir las críticas y toda clase de comentarios negativos de aficionados que no analizan el beisbol, lo ven a la ligera y emiten juicios fuera de lugar, incluso con insultos y calificativos que se hacen con el hígado, sí, de manera muy visceral. Varios jugadores de Algodoneros tuvieron méritos para ser el MVP de este juego, pero siempre la distinción recae en un elemento. Didi Gregorius, al que muchos aficionados quieren ver fuera del equipo, realizó una jugada de antología en la octava entrada, para impedir una anotación en los fierros de Mateo Gil, que hoy tendría ya eliminado a Unión Laguna; Gregorius es señalado con todo tipo de injustos calificativos.
La presencia de Drew Lugbauer en tercera base ha sido muy criticada, pero el estadounidense enseñó el martes que su presencia en la “esquina caliente” ofrece la misma garantía que Jonathan Villar, al que se volvió a ver en la intermedia, con un error que pudo marcar el rumbo definitivo del juego. Ver a Mark Payton como primero en el orden y jardinero izquierdo, es un hecho que causó extrañeza y comentarios viscerales en contra de José Offerman, pero Payton dio la razón al estratega dominicano al conectar jonrón de dos carreras que empató el juego en la octava entrada; Payton había permanecido en la banca desde varios juegos atrás, pero apareció para ser uno de los héroes.
Hoy la existencia de las redes sociales permite a cualquier persona, emitir comentarios de todo tipo, sin el más mínimo análisis previo, y solo en base a algunas actuaciones de un manager, coach o jugador. Hoy es común leer o escuchar comentarios en torno a tres o cuatro jugadores que deberían salir del equipo, pero nadie tiene respuesta a la pregunta de ¿entonces con quién se jugaría? Es cierto que Jonathan Schoop hoy le queda a deber al anotador oficial, que en repetidas ocasiones se le presenta la oportunidad de producir carreras, pero el curazaleño se poncha o es dominado muy fácil por el lanzador contrario; es claro, a Schoop hay que moverlo para quitarle presión.
Lo más sencillo en el beisbol, y seguramente en todo deporte de conjunto, es criticar la actuación de uno o varios elementos del equipo, y se hace de esa manera porque antes no hay un análisis previo de la situación que se comenta. Es increíble señalar a Didi Gregorius como un jugador que está aquí de vacaciones, que se tira a la hamaca sin que la directiva le ponga un alto; Gregorius fue un jugador elite en el mejor beisbol del mundo, y no tiene ninguna necesidad de engañar a la organización que hoy le brinda la oportunidad.
Los managers de tribuna abundan, y los comentarios tendenciosos que hacen, demuestran su escaso conocimiento del beisbol.
Hoy Unión Laguna se vuelve a jugar la vida, por tercer juego consecutivo para la novena guinda no hay mañana, y cada uno de los integrantes del equipo es consciente de lo que pasaría si esta noche son eliminados por Charros de Jalisco; cada jugador es consciente de lo que se juega esta noche, y es muy diferente decir que se está en una mala racha, a asegurar que el jugador es displicente y que no le interesa perder o ganar. Hoy lo único seguro es que Algodoneros se juega la vida por tercer juego consecutivo, el pelotero es consciente de los beneficios de seguir adelante, y está obligado a brindarse al máximo en el terreno de juego; el resultado es circunstancial.