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Resiliencia

J. SALVADOR GARCÍA CUÉLLAR

Resiliencia es una palabra relativamente nueva. Se empezó a utilizar en la segunda mitad del siglo pasado, en el ámbito de la ciencia de los materiales, donde se describe la capacidad de una determinada materia para recuperar su forma original después de haber sido sometida a una fuerza que la deforma.

El origen inmediato de esta voz es la lengua inglesa, y quienes la usaron las veces primeras fueron los ingenieros especialistas en resistencia de materiales. Pero ellos a su vez la tomaron del latín haciendo una amalgama de elementos provenientes de esta lengua a fin de componer una palabra que les sirviera para expresar el concepto de una manera técnica y unívoca.

Caso curios éste, pues por lo general las palabras en español proceden del latín sin pasar por otro idioma, mucho menos el inglés, lengua germánica que tomó la mayoría de sus vocablos de la cultura del norte de Europa y no del Imperio Romano, como sucedió con el español.

Algunos científicos de habla inglesa se pusieron a pensar en el hecho de que un material elástico regresaba a su forma original luego de que era forzado a cambiar de figura, tomaron componentes de la lengua latina para elaborar la palabra que buscaban, y lo hicieron de la siguiente manera:

El prefijo latino Re, que indica reiteración; el verbo Salire, que significa saltar; el sufijo nt con significado de agente; y el sufijo ia, que tiene la denotación de cualidad.

La conjunción ordenada de estas cuatro palabras latinas les dio a esas personas de habla inglesa los elementos para hacer un vocablo con el significado de algo (en principio un material para construir maquinaria) que, aunque le apliquen fuerzas para deformarlo, recupera su figura original, eso es resiliente.

Luego la voz se aplicó a otras situaciones diferentes, como en las ciencias del medio ambiente. Ahí se dieron cuenta de la existencia de esta palabra y, ni tardos ni perezosos, lo aplicaron a los ecosistemas que se pueden recuperar a pesar de que sean víctimas de serias perturbaciones, es decir, vuelven a su estado original luego de ser atacadas por agentes externos o internos que, para mal, modifican su estado.

De ahí paso al campo de la psicología, y ahora los psicólogos afirman que la resiliencia es una característica de algunas personas para reponerse de las adversidades. Según algunos antropólogos, todos los hombres somos en cierta medida resilientes, pues con el tiempo nos curamos de los males que en un momento dado nos aquejan. También el término se utiliza en la sociología y la antropología social para expresar la capacidad de recuperación de grupos e individuos. La mayoría de los defensores de derechos humanos, tanto individuales como institucionales, tienen la fama de resilientes.

Hay grandes ejemplos de resiliencia en la historia y en la literatura, como Odiseo, quien recuperó su personalidad perdida y rota cuando tomó su arco antes de entrar a Ítaca. Al armarlo y dispararlo en un tiro perfecto se recompone a sí mismo, se alinea por dentro.

El Ave Fénix es ejemplo de resiliencia perpetua, pues renace de sus propias cenizas. Este pájaro singular muere en un espectáculo de llamas y combustión antes de nacer otra vez, y así continuamente sin descanso.

En la historia de la literatura, el resiliente máximo debe ser Job, cuyo libro, incluido en la Biblia, narra su biografía de sufrimientos; nos dice que sobrevivió a los peores infortunios sin quejarse y sin reclamarle a Dios su mala suerte, antes al contrario, seguía siendo fiel al Creador. Como premio a su fidelidad se le restituyó su anterior felicidad.

George Foreman es también un ejemplo de resiliencia grandiosa, pues luego de ser derrotado por Mohamed Alí se retiró de los cuadriláteros y fundó una iglesia cristiana, pero cuando se vio en problemas económicos para sostener su institución, volvió a boxear después de diez años de haberse retirado. Cronistas y adversarios decían que ya era un anciano con exceso de peso para enfrentarse a peleadores de gran talla, aun así logró de nuevo el campeonato mundial a pesar de su edad y los años de retiro. Esta es una magnífica resiliencia no solo en el box, sino en la vida. Foreman tal vez sea el ejemplo de resiliencia más emblemático del deporte.

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