"El mejor negocio del mundo es una compañía petrolera bien manejada. El segundo mejor negocio del mundo es una petrolera mal manejada". John D. Rockefeller
John D. Rockefeller, quien en su momento fue el hombre más rico del mundo, menospreció la capacidad destructiva de la burocracia mexicana. El petróleo sigue siendo uno de los mejores negocios del mundo, pero Pemex es una notable excepción. El monopolio petrolero mexicano pierde dinero de manera sistemática por lo que hoy, una vez más, está siendo rescatado por los contribuyentes.
No fue 2024 el mejor año para las petroleras del mundo, debido a que los precios del crudo estuvieron relativamente bajos. Aun así, Saudi Aramco reportó una utilidad de 106 mil millones de dólares, ExxonMobil 34 mil millones, Shell 24 mil millones, Chevron 18 mil millones. Incluso la brasileña Petrobras tuvo un beneficio neto de 7,528 millones de dólares en 2024.
Pemex, en cambio, perdió 620,605 millones de pesos en 2024, unos 33 mil millones de dólares. La mayor parte de esta pérdida se registró en la refinación de gasolina, actividad a la que el expresidente López Obrador le apostó fuertemente, en parte con una extravagante inversión de unos 20 mil millones de dólares en la refinería de Dos Bocas (el presupuesto era de 8 mil millones, pero no sabemos con precisión cuánto se gastó porque el gobierno ha ocultado la información). En 2024 la pérdida neta de Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI), la unidad que procesa y vende gasolinas y diésel, fue de 585,814 millones de pesos. Lo peor es que la marejada de tinta roja no se detiene. Nada más en el primer trimestre de 2025 Pemex tuvo una pérdida neta de 43,329 millones de pesos; solo Pemex TRI perdió 53,774 millones.
Es positivo que la presidenta Sheinbaum quiera rescatar a Pemex del desastre que le heredó López Obrador, pero cualquier consultor empresarial le dirá que debe fortalecer aquellas partes del negocio que ganan dinero, la producción y exportación de crudo, y reducir o cerrar la producción de las unidades que pierden, como la refinación. No estoy seguro de que Dos Bocas pueda ser rentable, ya que no hay información sobre su operación, pero Pemex puede reducir sus pérdidas si cierra el resto de sus refinerías en territorio nacional. Incluso Deer Park, la planta tejana cuyo control adquirió de Shell en 2022, ha registrado una tendencia preocupante. En 2022 tuvo una ganancia neta de 954 millones de dólares, que disminuyó a 581 millones de dólares en 2023, ya bajo el control de Pemex. En 2024 tuvo una pérdida de 118 millones de dólares. Deer Park también ha sufrido un fuerte aumento en el número de accidentes industriales.
Si se identifican sus problemas internos y se resuelven, Deer Park puede ser rescatada, pero la situación de Pemex es mucho más complicada. Que Hacienda le dé a la petrolera 10 mil millones de dólares adicionales de recursos de los contribuyentes no servirá de nada si sigue perdiendo. Un plan de rescate razonable le inyectaría capital, sí, para mantener operaciones y pagar a sus proveedores y acreedores, pero solo si empieza a generar utilidades. De otra manera, en vez de rescate, estaríamos tirando recursos en un barril sin fondo.
Pemex ha logrado algo que John D. Rockefeller pensaba imposible: perder dinero en el negocio petrolero. Para rescatarla se necesitan medidas que la hagan rentable. No es imposible. El problema surge cuando la terquedad del dogma político se impone sobre las medidas realistas que podrían darle la vuelta.
IBERDROLA
Una de las principales empresas de electricidad del mundo, Iberdrola, ha contratado a Barclays Bank para vender sus últimas 15 plantas de generación en México, la mayoría de energía renovable, que tienen capacidad de 2,600 megavatios (MW). Según El Confidencial, un medio español, la empresa ha decidido salir de México por la erosión de la certeza jurídica en nuestro país. ¡Es una inquietante desinversión!
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