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El reporte de Oppenheimer

¿Qué hacían las banderas mexicanas en Los Ángeles?

ANDRÉS OPPENHEIMER

Resulta difícil tomar en serio a la administración del presidente Donald Trump cuando afirma que envió a la Guardia Nacional y a la Infantería de Marina a Los Ángeles porque hubo una "invasión de migrantes" y que "esta es una lucha para salvar la civilización".

¿En serio? A pesar de los errores garrafales de los manifestantes angelinos, a los que me referiré en breve, ambas afirmaciones- la primera de Trump y la segunda del subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller- son ridículas.

En primer lugar, según varios indicadores, hubo menos destrucción de propiedad pública en los disturbios del fin de semana en Los Ángeles que en las celebraciones de la Serie Mundial futbol americano de 2024 y otros eventos deportivos.

Y ciertamente hubo muchas menos víctimas en Los Ángeles que en la toma del Capitolio del 6 de enero de 2021 por una turba violenta de partidarios de Trump.

El ataque al Capitolio causó siete muertos, incluyendo suicidios, y 150 policías heridos, además de daños generalizados en el Congreso. En comparación, en las protestas de Los Ángeles al momento de escribir estas líneas no hubo muertos y solo unos pocos heridos, y solo fueron destruidos algunos vehículos autónomos de la empresa Waymo.

El gobernador de California, Gavin Newsom, afirmó que el despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump fue intencional para intensificar las tensiones y sacarles un rédito político.

Con la economía en contracción y sus guerras arancelarias amenazando con una recesión, Trump buscaba desviar la atención del tema económico y centrarlo en la inmigración, donde aún goza de mayor apoyo popular que los demócratas. El martes, el Banco Mundial pronosticó que la economía de Estados Unidos crecerá apenas un 1.4% este año, la mitad de lo que creció el año pasado.

En segundo lugar, la narrativa de Trump de que hay una "invasión" de indocumentados violentos es una falacia. De hecho, el flujo de indocumentados se redujo en más de un 70% en 2024 y ha seguido disminuyendo desde entonces, según la Patrulla Fronteriza. No hay tal "invasión" extranjera.

Y, contrariamente a las historias específicas sobre delitos cometidos por inmigrantes, los inmigrantes indocumentados en promedio cometen menos crimines violentos que los ciudadanos nacidos en Estados Unidos, según un estudio de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.

En tercer lugar, desde un punto de vista económico, Estados Unidos debería darle la bienvenida a los inmigrantes. Debido a la disminución de la natalidad y la jubilación masiva de gente, Estados Unidos "enfrenta un alto riesgo de escasez laboral en industrias críticas", según un nuevo informe del centro de estudios Bipartisan Policy Center, de Washington D.C.

Ya existe escasez de mano de obra en los sectores de la salud, construcción y agricultura, en que los inmigrantes suelen hacer trabajos que muchos estadounidenses no quieren hacer.

Por supuesto, Trump dice que apoya la inmigración legal. Pero ese argumento suena cada vez más falso dada su cruzada contra los inmigrantes que están legalmente en el país, como los más de 500,000 beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) de Venezuela, Cuba y Haití.

De la misma manera, los funcionarios del gobierno afirman engañosamente que su principal objetivo es deportar a delincuentes. Sin embargo, las redadas de migratorias de Los Ángeles tuvieron lugar en centros de trabajo y lugares donde los inmigrantes buscaban trabajo.

Dicho esto, hay que decir que los manifestantes de Los Ángeles cometieron un gran error de relaciones públicas al marchar con banderas mexicanas.

Aunque los manifestantes tienen el derecho constitucional de marchar con las banderas que quieran, y muchos de ellos llevaban las banderas mexicanas como una legitima señal de orgullo sobre sus orígenes, le dieron a Trump y a los grupos antiinmigrantes el pretexto que necesitaban para pintarlos de ingratos, e incluso hostiles, hacia Estados Unidos.

Hubiera sido mucho más efectivo que marcharan con banderas de Estados Unidos, o de ambos países.

En resumen, resulta ridículo llamar a los manifestantes de Los Ángeles una "amenaza a la civilización". Una amenaza mucho mayor para la civilización son los violentos que tomaron el Capitolio el 6 de enero del 2021, causando varias muertes e hiriendo a más de un centenar de policías, que luego fueron indultados y elogiados como "patriotas" por el propio Trump.

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