En el actual contexto hablar abiertamente de la cooperación entre México y Estados Unidos está provocando resistencias que provienen del corazón de un movimiento que da visos de desorden y caos. Una implosión sin control y autoinfligida con detonadores claros de conflictos internos latentes mal administrados dentro del torbellino de la disputa por el poder.
La relación con las agencias estadounidenses estratégicas para combatir conjuntamente de manera transversal a las organizaciones delictivas quedó congelada en el sexenio pasado; a nadie sorprenden las razones de fondo por ese maltrato. La política de los abrazos al crimen organizado fue prioridad y tener cerca al gobierno estadounidense representaba alto riesgo para el régimen.
La cooperación en materia de seguridad es particularmente sensible pese a que la integración económica de ambos países es profunda. La alerta sobre regiones enteras cogobernadas por organizaciones delictivas empoderadas por seis años ha impactado diversas ramificaciones en la relación bilateral y los desencuentros, que han sido varios, no parecen estar bien manejados ni administrados mediáticamente.
Las acciones puntuales del gobierno de Trump fueron anunciadas desde los tiempos de su precampaña y campaña electoral. Con el ingrediente adicional de que la detención y liberación "...por consideraciones sensibles e importantes de política exterior..." (sic) del general Cienfuegos, sucedió durante su primer mandato.
La relación bilateral tuvo por ello un punto de inflexión y México cerró canales de comunicación y cooperación abriéndose un capítulo de rechazo visto como intromisión en asuntos domésticos. Mucha tinta ha corrido y con el regreso del magnate a la oficina Oval, su prioridad es exhibir la hidra político criminal mexicana. No hay ninguna duda de esa hoja de ruta.
La entrega/captura de Ismael "Mayo" Zambada no fue fortuita ni aislada, sino parte de una decisión política y de seguridad con múltiples fines. Una jugada calculada donde, como se ha visto en estos casi 11 meses desde que aterrizó en Texas, cada actor ha recibido beneficios.
La inteligencia estratégica en ese proceso de recolección, análisis e interpretación de información compleja es parte de una narrativa y de golpes certeros que exhibirán el hedor que trastoca al Estado mexicano. "El Mayo" representa la impunidad y corrupción con su debida proporción, en ambos lados de la frontera. Anticipar el golpe político para el cacareado movimiento, para Morena y el régimen de Sheinbaum la ha obligado a lanzar contramedidas o "flares" para evitar ser impactados por el misil de información y pruebas en manos del gobierno de EU.
El comunicado de la DEA sobre el Proyecto Portero como iniciativa emblemática bilateral para combatir a los "guardianes" de los cárteles cayó como balde helado en el ánimo presidencial y de Palenque.
La salida impetuosa para negar y aducir el desgastado argumento de soberanía y la no subordinación, refleja una genuina preocupación por el paso veloz y la dirección clara estadounidense para detonar acontecimientos que activarán, en el mediano plazo, una cadena de hechos con consecuencias más amplias de lo esperado.