
Protestan familiares de camarera acusada de robo en el juzgado penal
Familiares y amigos de Clarissa, camarera del hotel Holiday Inn, realizaron una protesta pacífica frente al juzgado penal, donde se llevó a cabo la audiencia inicial del proceso judicial en su contra.
La empleada se presentó amparada ante el tribunal, ya que existía una orden de aprehensión por el presunto robo de un millón y medio de pesos a un huésped del hotel.
Durante la manifestación, su padre, Ernesto Calderón Gómez, exigió a las autoridades esclarecer los hechos y cuestionó la veracidad de la denuncia presentada por el supuesto afectado.
“No es creíble que alguien traiga tanto dinero sin declararlo. Ese señor no informó nada al hotel y fue hasta dos o tres días después que denunció el supuesto robo”, expresó.
Afirmó que la acusación carece de pruebas documentales y pidió que se revisen las cámaras de seguridad del hotel, desde la entrada del huésped hasta su salida.
“¿Por qué no hay testigos? ¿Por qué no se declaró ese dinero? Solo dice que traía una cantidad y que se la robaron. Eso no es prueba suficiente”, añadió el padre de Clarissa.
Denuncian abuso y falta de pruebas
Jairo Noé Aguilar Calderón, hijo de Clarissa, también alzó la voz durante la protesta, reclamando abusos cometidos por agentes ministeriales durante la detención de su madre.
“Mi mamá fue detenida sin orden, se la llevaron del hotel al Ministerio Público, esposada. La pusieron de rodillas con una bolsa en la cabeza, la agredieron verbalmente y la golpearon. Solo pedimos justicia”, declaró.
Horas después la dejaron en libertad pero más tarde se enteraron que salió una orden de aprehensión para volver a capturarla.
El joven explicó que, a pesar de la acusación, su madre continuó trabajando porque se presentó voluntariamente con amparo. Criticó que la Fiscalía actúe sin pruebas claras.
“Hasta ahora no han mostrado que ese dinero realmente estuvo en el hotel. No hay evidencias, pero ya culpan a mi madre y a otra empleada, trasladada a Piedras Negras”, comentó.
Pidieron que se respeten los derechos humanos de ambas trabajadoras y que no se les criminalice sin sustento, asegurando que las imputaciones carecen de base legal y fáctica.
“Mi mamá tiene 54 años, está enferma de diabetes, es inocente. Queremos que las cosas se hagan bien, no a modo de la Fiscalía”, concluyó Jairo Noé frente al juzgado.