
¿Porqué las personas se tatúan según la psicología?
Aunque pareciera que los tatuajes son parte de una moda reciente, la verdad es que las culturas ancestrales, utilizaron los tatuajes para fines espirituales, sociales y simbólicos.
Con el paso del tiempo, se convirtieron en un signo de rebeldía y de pertenencia a grupos sociales marginados, esta percepción se produjo gracias a los medios de comunicación, que reforzaron esta idea a través de programas de televisión y películas.
Hoy en día, los tatuajes se han normalizado y cada vez son más comunes. Sin embargo, ahora es la carga emocional y psicológica del individuo, la razón por la que eligen marcar su piel y que va más allá de la estética y lo visual.
¿Qué beneficios tienen los tatuajes para la salud mental?
Más allá de ser un arte corporal, son una manera de expresar la individualidad que pueden aportar múltiples beneficios para la salud mental, por ejemplo, ayuda a liberar emociones y sentimientos profundos que estuvieron reprimidos durante un largo tiempo, esto proporciona alivio de estrés y ansiedad.
Pueden mejorar la autoestima y aumentar la confianza en uno mismo, ya que esto contribuye a construir su propia identidad al igual que, puede generar seguridad en la persona, ayuda a aumentar la creatividad y la libertad para tener una forma de expresión personal y única.
Por último, genera un sentido de pertenencia, los tatuajes son para toda la vida, lo que demuestra que la persona está comprometida con algo para siempre.
¿Puede generar adicción tatuarse?
Para que exista una adicción, debe de haber una segregación de endorfinas, producidas por el cerebro que generan placer. Cuando una persona se tatúa, si se producen endorfinas que dan placer por el hecho de llevar algo marcado en la piel y busca repetirlo.
Según la psicología, el efecto puede ser similar al de alguna droga, sin embargo, no lo considera como una adicción, ya que, técnicamente, una adicción es la necesidad de hacerlo todos los días y el tatuarse no sucede diariamente, sino que pueden pasar meses o años para volver a tatuarse debido a distintos factores, como el coste económicos o los cuidados después de tatuarse.