La inversión pública lleva cuatro trimestres consecutivos en caída libre. En el primer trimestre del año ya sólo representa el 2.3 por ciento del PIB. En su pico en el siglo, con Calderón, fue de 6.2. La inversión privada equivale hoy a 20.8 por ciento del PIB. El déficit público estimado para este año es de 3.9.
El gobierno tiene muy pocas fichas y las gasta mal. Las inversiones emblemáticas de AMLO han sido, todas, un desperdicio de recursos.
No aprendemos. La semana pasada llegó el primer avión Embraer para Mexicana de Aviación. Es parte de una inversión de casi 21 mil millones de pesos para comprar 20 aviones. Desde que fue resucitada en diciembre de 2023, ahora en manos del Ejército, ha perdido mil 432 millones de pesos.
Para Sheinbaum, esta aerolínea "toca de lleno los cimientos de nuestra soberanía, nuestra justicia social y nuestro sentido de nación. [...] Tener una línea aérea del pueblo y para el pueblo es creer que podemos construir un país más justo, más unido y más soberano; es demostrar que lo público no es sinónimo de fracaso".
Ojalá logre ganar dinero. Debería además recuperar el capital invertido, dinero de todos los mexicanos, algo que el gobierno ni siquiera pretende en la mayoría de sus proyectos. El costo del Tren Maya y de la refinería de Dos Bocas ya va en poco más de 50 mil millones de dólares. Hoy el gobierno se financia en dólares a poco más del 6 por ciento al año. A esta tasa los intereses por el capital de estos dos proyectos son 3 mil millones de dólares.
Ojalá Mexicana demuestre que lo público no es sinónimo de fracaso, pero incluso si lo lograran, esta empresa no es la mejor forma de usar las pocas fichas del gobierno, ni siquiera para los objetivos concretos expresados por Sheinbaum. Uno de ellos es conectar ciudades sin interés comercial. En el evento se mencionaron solamente dos, Ixtepec y Palenque, aunque se podría agregar Ciudad Victoria. Este objetivo tiene un valor social, pero se puede lograr de otras formas, como subsidiar a una aerolínea privada para que tenga vuelos en rutas menos rentables. ¿El gobierno analizó cuál era la mejor estrategia para ese fin?
Lo dudo. Subsidiar a los privados es visto como regalarles dinero a los ricos. Que lo haga mejor directamente el Estado, ahora orgullosos de saber hacer de todo. Pero cuando se tienen pocas fichas, lo racional, si lo que importa es el bienestar de los mexicanos, sería usarlas en los proyectos de mayor rentabilidad.
¿Alguien cree que no hay muchos proyectos más urgentes, con mayor rentabilidad social, económica y hasta electoral que Mexicana? La lista es casi infinita... Desde no tener baches en calles y carreteras, algo que casi todos los países ya resolvieron, lo cual mejora la vida de los equipos de transporte y de las personas al disminuir accidentes, hasta tener hospitales equipados, con suficientes medicinas y con techos impermeabilizados, o invertir en los cuellos de botella de nuestras olvidadas y congestionadas carreteras. Bueno, ya tendremos más trenes de pasajeros. Es cuestión de esperar.
El gobierno limita la inversión privada en energía, compite con ventaja en varios otros sectores, desde telecomunicaciones hasta aviación, impone regulaciones al sector formal, desmantela un sistema judicial malo que terminará en uno peor e invierte en actividades de nula rentabilidad. El gobierno es cada vez más un lastre para el crecimiento económico. Con una economía débil, será cada vez más difícil financiar el gasto público, dejando al gobierno con cada vez menos fichas. Círculo vicioso de pronóstico reservado.
El estatismo quebró al país en 1982. Nos quedamos sin fichas, como lo dijo López Portillo. El neoliberalismo no fue una decisión voluntaria de la clase política priista. A nadie le gusta hacer ajustes fiscales y vender empresas públicas que permiten emplear a los amigos y asignarles contratos a discreción.
@carloselizondom