EL BESO DEL COLIBRÍ
Hace años existía una tribu india piel roja, los "Cherokees". La hija del gran jefe, "Flor de lluvia", una hermosa india de grandes ojos negros, amaba a un joven llamado "Águila Indomable", quien pertenecía a los "Creek", una tribu enemiga. Por lo tanto, sólo podían verse a escondidas al atardecer, cuando el sol en el horizonte ardía como una inmensa ascua. Los dos novios se reunían en un bosquecillo junto a un arroyo juguetón, que ponía un reflejo plateado en la penumbra verde.
Los enamorados podían verse sólo unos minutos, pues de lo contrario despertarían las sospechas de la tribu de la bella piel roja. Un día, alguien de la tribu descubrió el secreto de los jóvenes y se apresuró a comunicárselo al gran jefe, "Guerrero Largo". Así, "Flor de lluvia" no pudo volver a ver a su amado novio.
La Luna, que conocía la pena del indio enamorado, le dijo una noche:
- Ayer vi a tu amada; lloraba amargamente, pues la quieren desposar con un indio de la misma tribu. Ella, desesperada, pedía a Manitú, el gran dios de los indios, que le quitara la vida, que hiciera cualquier cosa, con tal de librarla de aquella horrible boda.
Manitú oyó la súplica de la bella india; no dispuso de su vida, pero la transformó en una hermosa flor de la montaña. Esto último me lo contó mi amigo el viento.
- Dime, Luna, ¿en qué clase de flor ha sido convertida mi amada?
- ¡Ay, amigo! Eso no lo sé, ni tampoco lo sabe el viento.
- ¡Manitú, Manitú! - gimió "Águila Indomable".
- Yo sé que en los pétalos de flor de mi adorable princesa reconoceré el sabor de sus besos, yo sé que la he de hallar. ¡Ayúdame a encontrarla, tú que todo lo puedes!
El cuerpo de "Águila Indomable", ante el asombro de la Luna, fue disminuyendo hasta quedar convertido en un pequeño y delicado pájaro multicolor, que salió volando apresuradamente. Era un hermoso colibrí, y desde entonces, el novio persistente en esa bella metamorfosis, pasó sus días besando ávida y apresuradamente los labios de las flores, buscando una, sólo una.
Pero, según cuentan los ancianos de la tribu, han pasado varias estaciones y jamás se ha rendido; dicen que seguirá besando las flores durante toda la eternidad, hasta encontrar a su princesa amada.