CUIDADO CON EL CALOR EN LAS MASCOTAS
Nuestra región lagunera se caracteriza por un clima extremoso, siendo el calor el mayor enemigo de las mascotas y el que más se prolonga durante el año. Podemos afirmar que la adaptabilidad o aclimatación del perro es muy grande; sin embargo, habrá razas de perros más propensas a los efectos del calor que otras. Por ejemplo, los perros de capa negra absorben más el calor que los perros claros; los de pelo oscuro no reflejan la luz, al contrario, la absorben. También las razas de pelaje abundante -Husky, Samoyedo, Alaska, Chow Chow, Akita, Pastor Alemán, San Bernardo, Pomerania, etc.- son más propensas al calor que razas de pelaje corto.
Tras un paseo largo o después de haber permanecido todo el día en el sol, con altas temperaturas, el animal puede verse afectado por "insolación" o "golpe de calor". Hay quienes son afectos a dejar su mascota en el interior del automóvil durante el día mientras se ocupan, y personas que realizan ejercicio junto a su mascota en las horas más intensas de calor.
Desafortunadamente, los casos que se presentan en la clínica de "golpe de calor" son de una alta incidencia mortal. Los síntomas de este mal son claros: el perro jadea intensamente, en ocasiones echa espuma por la boca, parece súbitamente debilitado, presenta incoordinación en su marcha llegando a perder el equilibrio hasta caer, muestra pupilas dilatadas, el pulso acelerado y la temperatura puede superar los 41 grados centígrados (en un caso que se presentó en la clínica con un labrador de pelaje negro, la temperatura era mayor a los 44 grados). Se muestran agitados y un examen de la boca nos mostrará que el color de la lengua y las encías va del azul al gris.
Si no actuamos con prontitud, se producirá un colapso de graves consecuencias: el edema cerebral hará que el animal presente un estado de estupor, se mostrará desconcertado sin reconocer a su amo, llegando hasta el coma. Desaparece el jadeo, disminuye marcadamente la velocidad de respiración y sobreviene la muerte por parálisis respiratoria.
Si llega a observar algunos de estos signos en su mascota, mientras llega la ayuda profesional, inmediatamente refresque al perro con baños de agua, condúzcalo a la sombra o a un lugar fresco y envuélvalo en una toalla o en una manta húmeda; la evaporación hará disminuir su temperatura. Incluso puede poner hielo en un paño sobre su cabeza hasta que haya dejado de jadear y se estabilice su temperatura.